En el campo hay mucho espacio. Tienes libertad de movimientos y puedes desplazarte sin problemas, sin embargo es posible sentir miedo a ponerse mal. Pensar en no poder llegar a un sitio conocido o a un hospital a tiempo puede ser muy agobiante, y por tanto es posible que nuestro cuerpo reaccione proporcionalmente a este tipo de amenaza (taquicardias, mareos, sofocos…). Para afrontar esta situación es necesario estar dispuesto a realizar un ejercicio que te aporte la seguridad que aún no has conseguido.
Ejercicio 1: vas a enfrentarte a estar en el campo con un fin principal, convivir con tus sensaciones para controlarlas. Quiero que puedas aprender la diferencia entre lo que temes que ocurra y lo que realmente está ocurriendo. Para ello tienes que hacer un experimento. Cuando estés en el campo, o en una zona alejada de tus sitios conocidos, sin casas… inicia el ejercicio… Ya sabes, es importante que te centres en dónde estás. Te pueden pasar por la cabeza pensamientos sobre si tienes sensaciones o en si irán a más o no. Es el momento de describir lo que tienes alrededor: árboles, plantas, tierra… Si sientes sensaciones emocionales o físicas, descríbelas también. No hagas por no pensar (…). Lo que hay no es tan grave como lo que temes que pase. No te centres en no pensar, puedes pensar en lo que te asusta, pero no le des demasiado espacio. Focalízate en lo que hay ahora. Respira con calma e intenta no hacer nada especial para calmarte ya llegará. De hecho es posible que no estés cómodo en ningún momento, no te olvides de que tu fin principal ahora es aprender a superar tus bloqueos, no el disfrutar del campo. Sé paciente, poco a poco lo conseguirás y te relajarás como quieres. Es muy importante que te des cuenta de que gran parte de tu malestar puede provenir de tu deseo de acabar ya. Tienes que aprender a separar lo que temes de lo que en realidad está ocurriendo. Voy a seguir aconsejándote, pero dejemos pasar un tiempo sin hablar o distraerte (…) Muy bien (…) ¿Cómo te sientes? (…) (Bis)
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