El juego online se ha convertido en la segunda causa de ludopatía en cuanto a tratamiento de pacientes se refiere. Por delante solo tiene a las clásicas máquinas tragaperras. Haber llegado al número dos del ranking es un dudoso honor pero lo cierto es que lo logró en tan solo tres años. Los que pasaron desde que el juego online se legalizase.
Es también muy preocupante el hecho de que gran parte de los adictos que acuden a consulta son jóvenes en la veintena. En concreto, el ludópata online medio se situa entre los 18 y 25 años y es un varón con estudios universitarios. Además, según la noticia, han tardado entre 1,5 y 2 años en desarrollar la ludopatía. Esto puede parecer mucho tiempo pero no lo es si lo contrastamos con los datos que indican que el período de latencia de la ludopatía con juego tradicional es de entre 6 y 8 años.
Características de la ludopatía online
Muchos de los afectados por esta ludopatía no la hubieran desarrollado de no haber accedido al juego online. Aquí no hay que desplazarse al casino ni frecuentar timbas con gente de mal vivir. Uno puede jugar al póker desde el sofá de su casa y, al igual que con las máquinas tragaperras, el jugador recibe estímulos inmediatos como son aquellos que le indican al instante si ha ganado o si ha perdido la partida. Por otro lado, puede acceder a estos juegos cuando quiera, ya que puede hacerlo a través del smartphone desde allí donde se encuentre.
Este tipo de juegos se basan, como las tragaperras, en la estrategia del refuerzo intermitente. Es decir, el refuerzo del comportamiento (el estímulo para seguir manteniéndolo en el tiempo) se produce de modo ocasional y no cada vez que se produce.
El ludópata de juegos online puede tener cinco partidas malísimas y llega una buenísima que le “resarce” de las anteriores y le hace ganar dinero. En realidad, no le resarce en absoluto ya que las partidas malísimas van a pesar más en su bolsillo y en su patología pero el hecho de que este tira y afloja se produzca hace que este tipo de juegos sean tremendamente adictivos. Ahora me va mal y estoy perdiendo muchísimo dinero pero estoy convencido de que sí juego unas cuantas partidas más acabaré ganando. Este puede ser uno de los pensamientos del adicto a este tipo de juegos en los que la banca siempre gana, al igual que sucede con las máquinas tragaperras.
Las compañías que ofrecen estos juegos por internet, al contrario que los casinos, no se autoregulan ni limitan sus actividades. No han creado códigos de prevención que permitan a sus usuarios saber al menos a que se exponen. De hecho, muchos de los ludópatas todavía no saben lo que han desarrollado o la patología que están fraguando.
El ludópata online no tiene acceso a información para saber a qué se expone
Muchas veces no se trata de perder grandes fortunas sino de experimentar la irresistible necesidad de jugar que, si no se satisface, impide vivir el día a día. Esta definición es lo que caracteriza a una adicción en toda regla. Por supuesto, esto no significa que todas aquellas personas que tengan acceso a estos juegos vayan a convertirse en ludópatas. De hecho, casi todos tenemos acceso a este tipo de juego y ni tan siquiera hemos probado a jugar una partida. Como en cualquier adicción, intervienen una serie de factores genéticos, psicológicos, etc. Pero el hecho de que el ludópata en potencia no pueda acceder a toda la información para saber a qué se expone es altamente peligroso. Y, como decimos, difícil de detectar, puesto que se trata de una patología relativamente reciente para la que todavía no hay medios suficientes para prevenirla con éxito.
Tratamiento de la ludopatía online
La ludopatía online tiene cura. Esto es un hecho consolador. Pese a que son trastornos que se presentan episódicamente y puede haber recaídas, un ludópata online no tiene por que convertirse en un ludópata crónico. Si es consciente de lo que le sucede y decide someterse con ganas al tratamiento, se cura en un 75% de los casos. La terapia que se ha mostrado más efectiva para tratar la ludopatía online es la terapia cognitivo conductual. En ella, se le informa al paciente que asume su ludopatía y se compromete a terminar con ella de cómo ha llegado a desarrollar la ludopatía y sobre todo cuáles son los mecanismos psicológicos que la mantienen. Lo primero que hace la terapia cognitivo conductual es centrarse en el presente del adicto al juego.
Objetivo
El objetivo principal es reducir los síntomas y los impulsos relacionados con la irrenunciable necesidad de jugar. Para ello, pueden ser muy útiles las técnicas de relajación y de control estimular. Estas últimas tienen por objeto eliminar las asociaciones que favorecen el hábito. Un ludópata online que esté en tratamiento tiene prohibido abrir siquiera la aplicación o la web a través de la que jugaba. Es obvio. El control estimular va más allá y establece que si el paciente tenía la costumbre de jugar cada vez que terminaba de cenar mientras veía la televisión se le dirá que elimine ese hábito y dedique el rato tras la cena a pasear, a leer un libro o a llamar por teléfono a cada uno uno de los amigos con los que tiene pendiente charlar desde hace tanto. Otra técnica útil es la de firmar un contrato conductual con el psicólogo.
Este tipo de contrato le será entregado por su psicólogo y deberán firmarlo los dos. En él, el paciente se compromete a no jugar en absoluto a ningún juego online durante un período determinado establecido por ambos. En una de las cláusulas del contrato se indica que, si en algún momento siente un impulso casi irrefrenable de jugar deberá llamar a las personas que él mismo indique en el contrato y contarles lo que siente ganas de hacer. Esta es una forma de adquirir un compromiso férreo, ya no solo con uno mismo sino con el psicólogo y terceras personas que nos importan.

D. Fernando Azor Lafarga, director de Azor & Asociados, PsicologodeCabecera.com y PsicologoAeronautico.com, cuenta con más de 20 años de experiencia. Licenciado en Psicología Clínica, con múltiples especializaciones y participación en medios, ofrece psicoterapia y asesoría pericial. ¡Descubre más sobre su trayectoria y expertise!»