Concepto 10: La Exigencia

Escucha un audioLa exigencia puede ser una característica positiva pero también puede hacer que suframos por ella.

Ser autoexigente implica constancia, capacidad para perseguir metas, no darse fácilmente por vencido, buena predisposición para aprender… Para conseguir ser de este modo es necesario potenciar la capacidad de control y adelantarse a las posibles consecuencias negativas. Gracias a ser así es más probable que consigamos nuestros objetivos y el reconocimiento de los demás.

Esta es la parte buena de ser exigente, sin embargo, sin darnos cuenta la exigencia se puede convertir en nuestro enemigo.

Si no sabemos poner un límite a la necesidad de control, si no tenemos fin en todo lo que nos proponemos, es más probable que cada vez controlemos menos situaciones y que cometamos más errores. Por ejemplo, si consideramos que en un examen sólo nos vale una nota por encima de un ocho, todo lo que esté por debajo de un ocho, incluso un siete, lo viviremos como un fracaso. Si aplicamos esto a nuestra vida, todo lo que no salga casi perfecto o de la forma que nos hemos propuesto será un fracaso y nos generará sensaciones de frustración, rabia, ansiedad, tristeza, culpa…

 

psicologodeCabecera.com

 

Se puede querer hacer más, rendir más, recibir más reconocimiento, etcétera. Normalmente cuando hablamos de exigencia nos referimos a un rasgo de personalidad.  Las siguientes características son propias de una persona exigente:

  • Perfeccionismo y minuciosidad.
  • Tendencia a la dicotomía: las cosas son blancas o negras.
  • Tendencia al pesimismo y la frustración.
  • Responsabilidad, o hiperresponsabilidad
  • Necesidad de control y anticipación.
  • Exigencia o hiperexigencia con uno mismo y con los demás.
  • Tendencia a buscar la aceptación y la valoración positiva por lo que se hace.
  • Sentido exacerbado de la justicia.

Una dificultad habitual para las personas con esta característica de personalidad es la de afrontar las incertidumbres cotidianas. El no ser capaces de convivir con la falta de control aumenta los niveles de ansiedad y nos vuelve más impacientes. También nos hace más vulnerables ante la posibilidad de sufrir algún trastorno de ansiedad.

 

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Tratamiento digital del ataque de pánico

Dispones de un BOTÓN DEL PÁNICO para hacer frente a una crisis de ansiedad.

Recibe ayuda gratuita para tratar las crisis de ansiedad y evitar que se produzcan

Inicia la herramienta