Concepto 03: Desdramatizar sin efecto positivo

Escucha un audio“La realidad no siempre es la que nos gustaría que fuese, no le des vueltas”, “no pasa nada, me da igual, casi es mejor así”. Estas frases son como una muletilla para muchas personas cuando lo que quieren es reducir su malestar al no salir las cosas como desean.

Intentamos estar bien o, como mínimo, lo menos mal posible. Por inercia buscamos nuestro bienestar. Lo que pasa es que con cierta frecuencia en mitad de nuestra búsqueda encontramos argumentos que teóricamente son correctos pero que después, en la práctica, no nos calman tanto. Las frases que antes te mencionaba supongo que son teóricamente aplastantes, pero ¿realmente por repetírnoslas nos tomamos la vida de manera diferente?.

Darnos explicaciones sobre cómo debemos afrontar lo cotidiano ayuda a marcarnos objetivos, a entender que ciertas situaciones no son tan malas, pero corremos el riesgo de convencernos de que no tenemos por qué estar mal y aun así seguir sintiendo malestar. De ser así acabamos teniendo dos problemas en lugar de uno: uno por estar mal y otro por no deber estarlo (¡pues vaya!).

En otras ocasiones, para intentar estar algo mejor, solemos negar ciertas realidades,  procuramos no pensar, evadirnos, hacer lo contrario de lo que nos dice el ánimo (estar contentos cuando sentimos una gran pena…). Este mecanismo, aunque eficaz a corto plazo, enseguida se convierte en una trampa. Lo podemos utilizar a modo de careta pero por dentro, en el fondo, sentimos la misma sensación de malestar.

No quiero decir con esto que minimizar las cosas sea malo, lo que quiero decir es que abusar de este mecanismo puede volverse contra uno mismo al no generar capacidades para hacer frente a problemas de distinta índole.

 

 

Un ejemplo

Pongamos un ejemplo: una persona tras comunicarle que la han despedido se siente fatal, se siente impotente y con rabia. Pasada una hora, cuando llama para contárselo a su pareja, comienza diciendo: “me acaban de decir que estoy despedido”, ante la reacción de malestar y preocupación de ésta, añade: “bueno no va a pasar nada, en esta empresa no iba a ningún lado, ahora tengo el paro…”. Esta persona intenta no preocupar a su pareja a la vez que intenta autoconvencerse de que no es tan grave la situación. Es posible que en ocasiones un despido no sea tan grave, pero si a pesar de estos argumentos la persona sigue sintiéndose mal, deberíamos preguntarnos el porqué.

En este caso este “razonamiento lógico” que se hace es un intento para alejar los sentimientos de temor y preocupación que surgen en ese momento. Al principio quizás es lo único que la persona pueda hacer ante el impacto de la noticia, pero si finalmente no se enfrenta a sus temores y preocupaciones, éstas no podrán ser resueltas.

En ocasiones es más sencillo enfrentarnos a esos sentimientos y buscar soluciones realistas y efectivas que seguir intentando convencernos de que no pasa nada; no quiero decir que sea fácil, pero seguro que será más efectivo. Una frase que quizás pueda resumir cómo afrontar ciertos agobios sería: “no es que no pase nada por llegar tarde. Sí tiene consecuencias, pero en cualquier caso, pasa sólo lo que pasa, nada más”.

 

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Tratamiento digital del ataque de pánico

Dispones de un BOTÓN DEL PÁNICO para hacer frente a una crisis de ansiedad.

Recibe ayuda gratuita para tratar las crisis de ansiedad y evitar que se produzcan

Inicia la herramienta