Podríamos definir la incertidumbre como un estado de duda ante una situación en la que se nos presenta un futuro desconocido. Si una persona valora este futuro como posiblemente peligroso, esta sensación de incertidumbre se teñirá de malestar pudiendo llegar a sentir altos niveles de ansiedad. Por esto es muy importante tener en cuenta la valoración que hacemos de las situaciones que nos pueden generar incertidumbre.
Normalmente cuando nos enfrentamos a una situación que valoramos como amenazante lo que intentamos es encontrar la seguridad y las certezas que nos faltan. Si la preocupación te genera bloqueo e intentas no pensar en ella, normalmente se mantendrá la sensación de angustia. Para combatirla, es necesario que describas y definas posibles episodios que tengas que vivir y que te atemorizan del futuro. Es importante que realices predicciones realistas. No es el momento de encontrar soluciones a cada peligro. Es el momento de saber a qué te tienes que enfrentar.
Ejemplo
“Veamos un ejemplo de cómo afecta la incertidumbre a nuestro estado emocional: Imagina que estás esperando para despegar en un avión. El comandante avisa de que va a haber un retraso y de que en breve darán la autorización. Pasa media hora y el comandante repite el mismo mensaje. Tu vivencia será de mayor desesperación a medida de que va pasando el tiempo porque tu expectativa es la de despegar de manera inminente. Tu estado de ánimo sería distinto si el comandante te hubiera hecho una predicción de tiempo más realista y supieras que no ibas a despegar antes de una hora. De este modo, podrías asumir cuáles pueden ser las sensaciones y etapas por las que puedes pasar (cansancio, aburrimiento, incomodidad…).
Volvamos a imaginar ahora que el avión tiene que esperar hora y media antes del despegue y que nosotros ya estamos embarcados. Si el comandante nos dice que tenemos que esperar una hora dentro del avión, el impacto negativo al inicio es mayor pero poco a poco te permite adaptarte a las etapas y sensaciones que vas a tener que vivir (cansancio, aburrimiento, incomodidad…)
En el caso de que el comandante diga que va a ser una espera breve el impacto inicial es menos negativo pero según va pasando el tiempo la desesperación, la preocupación, la impaciencia y la irritabilidad pueden desbordarse.”
Para ajustar expectativas es importante ser capaz de centrarse en lo que es realista esperar en cada situación. Es importante no rendirse ante las adversidades pero igual de importante es el saber esperar en función de lo que hay, no en función de lo que debería haber.
Tener dudas ante una situación no tiene por qué ser algo negativo, todo dependerá de la valoración que hagamos de la situación y de la necesidad de encontrar certezas. Si no aprendemos a vivir con cierto nivel de incertidumbre, sentiremos malestar ante todas las situaciones que nos puedan generar dudas.