“Soy demasiado mayor, nadie me va a tener en cuenta”, “me descartan sin mirar mi curriculum, no voy a encontrar nada”, “mi formación no ha valido de nada, ¿Tantos años para qué?”, “la gente consigue trabajar y yo no”
Ante la perspectiva de no saber cómo será el futuro, es fácil sentirse impotente o incapaz de hacer frente a los retos de estar en el ERTE. En seguida pueden aparecer alguna de las frases que has identificado. Son frecuentes y bastante lógicas, el problema suele aparecer cuando se repiten demasiado en el tiempo. Pueden acabar marcando nuestra forma de pensar y no dejarnos ver los cambios y avances que vayamos consiguiendo. Para moderar su efecto negativo e intentar afrontar la situación actual te propongo unos cuantos conceptos:
- Razonamiento emocional.
- Síntomas depresivos y renuncias.
- Necesidad de control y expectativas.
- La parte por el todo.
Tarea
Ajusta tus expectativas al momento que te está tocando vivir. Para ello es muy útil hacer predicciones realistas. No te centres en lo que debería ocurrir para que estés tranquilo, valora realistamente las expectativas de tiempo para obtener un trabajo. Programa tus horarios para vivir el momento actual, no sólo para vivir la vida que tendrás cuando consigas lo que deseas: un trabajo.
Comparte tu angustia, pero no te centres demasiado tiempo en lo que temes. Habla con tus amigos y familia de otros temas. Estar en paro, y las dudas hacia el futuro será un asunto muy relevante durante meses pero hay que conseguir que la vida continúe (incluso estando en paro). Habla de lo cotidiano, de las noticias, de los amigos, de lo que hiciste ayer, da tu opinión sobre otros temas de la vida, aprovecha para hacer lo que no has podido cuando trabajabas, seguro que tendrás momentos agradable aunque no olvides la situación y las incertidumbres futuras.
Deja de compararte con los demás. Nos solemos comparar con personas que son distintas a nosotros. Al hacerlo implicamos a nuestra autoestima, potenciando el análisis de lo que nos falta, de lo que otros tienen y nosotros no. ¡Cuidado! puede ser bastante injusto para uno mismo crear personas perfectas con trocitos perfectos de los demás. Podemos acabar creando pequeños e irreales Frankenstein.
Haz un diario de lo positivo. Todas las noches, escribe algo bueno que haya ocurrido, escribe por lo menos tres cosas.
Crea una lista de deseos. Saber lo que se quieres es un prerrequisito para ser capaz de alcanzar los objetivos. Anote todo lo que quiere hacer y todo lo que quiere ser.
Conclusión
Los síntomas depresivos (los pensamientos negativos entre otros) no tienen porque configurar una depresión, son a menudo necesarios como paso previo a aceptar cambios bruscos en la vida. Cada persona necesita su tiempo para afrontar y asumir las acontecimientos que se producen en su vida. Fijar objetivos realistas adaptados a los que podemos conseguir o no, nos ayudará a que los síntomas de tristeza o apatía se mantengan dentro de unos niveles adecuados.
No confundas la parte con el todo, que no te seleccionen para un puesto de trabajo, que no hayan tenido en cuenta tu candidatura, o incluso el que no han visto ni el curriculum cuando te excluyeron del proceso de selección, es doloroso pero no implica sin lugar a dudas que no vas a encontrar nada. No hay garantías, es cierto, pero centrarte sólo en lo que no consigues, o lo injusto que es, o en cómo les va a otros, no hará que tú encuentres un trabajo. Te hundirá más y te alejará de alcanzar tu meta.