Luchamos a diario por conseguir lo que es importante o lo que necesitamos. Intentamos usar las mejores estrategias que conocemos para alcanzar la meta que tenemos, pero la realidad es que eso no garantiza conseguir lo que queremos. Si nuestras expectativas sobre lo que hemos de conseguir están desajustadas, la percepción que tendremos es fácil que sea de fracaso, o de rabia, o impotencia.
Sería buena hacerse algunas preguntas: ¿Tengo lo que construyo? ¿Tengo mala suerte? Hay quien dice que no, que a menudo no se corresponde lo que se tiene con lo que ha trabajado lo que ha obtenido. La verdad es que es interpretable y es difícil certificar que solo nuestro esfuerzo produce beneficios.
Mi trabajo diario en consulta me hace pensar que normalmente tenemos lo que construimos, que por cierto no es lo mismo que decir «tengo lo que merezco». No siempre el esfuerzo, la constancia y la dedicación producen buenos resultados. Se puede merecer o no pero en función de las decisiones, de los miedos, de las parejas que elegimos, o del ocio que buscamos, entre otras muchas variables, construimos vidas que producen diferentes consecuencias.
Factores como la capacidad para tomar de decisiones, el manejo de los errores y las pautas en psicoterapia, me gustaría centrar hoy mi atención en analizar algo que se confunde y no nos ayuda a construir situaciones de bienestar: las diferencias que existen entre hacer renuncias y posponer las decisiones.
Tengo lo que merezco o lo que construyo
Definamos brevemente ambos términos. Posponer decisiones y tareas para otro momento sin haber decidido del todo hacerlo, es una manera de alejarse de los problemas y de lo que genera malestar sin tener que comprometerse con la decisión. Por otro lado hacer renuncias implica que en ocasiones hay que dejar de hacer, o dejar algo para otro momento, y puede ser con el fin de sentirse bien, o también como al procrastinar, para no afrontar algo. En psicoterapia muy a menudo proponemos a nuestros pacientes ciertas renuncias que tienen como meta convivir con algunos malestares, normalmente cuando se lo proponemos lo hacemos para que por medio de experimentos sean capaces de sentirse menos agobiados o ansiosos. Hacer renuncias que sean útiles psicológicamente implica dejar de hacer cosas que uno desea con la finalidad de ser capaz de no agobiarse. No es renunciar a una necesidad, tipo te dejo esto y yo me quedo sin ello, son renuncias a ser bien valorado, a conseguir que el otro tenga una buena imagen de uno… Las primeras cuestan poco a las personas que desean llevarse bien con otras.
Hay renuncias que ayudan a sentirnos bien… pero no al inicio
Las renuncias que ayudan a sentirnos bien son las que no ayudan a afrontar nuestros temores, inseguridades y bloqueos. Por esta razón creo que es bueno que veamos que sólo posponer no es el tipo de renuncia que favorece la toma de decisiones, el afrontar los conflictos, etc.
Hacer renuncias implica compromiso con lo que se renuncia, posponer no. Cuando hacemos una renuncia debería ir acompañada del compromiso interior sobre lo que puede llegar ocurrir. Cuando posponemos es distinto, nos convencemos de que hay otra tareas que podemos hacer para no afrontar realmente que vamos a dejar para otro momento.
Por tanto no creo que se llegue a los malos resultados normalmente por casualidad, suele ser la consecuencia de las elecciones que previamente hemos tomado: abandonar ocio, amigos, centrarnos en el trabajo… Uno puede convencerse de que la pareja no está mal, de que es posible que más adelante cambie, pero si lo que hay de fondo es el miedo a la soledad, y no se afronta, lo normal es que las decisiones acaben haciendo que se esté con una pareja mucho tiempo. Lo normal es el sentimiento sea el de tener mala suerte.
Piensa en tu caso. ¿Tienes lo que mereces, tienes mala suerte, o simplemente tienes lo que construyes?
Fernando Azor es director de azor & asociados.
Fernando lleva años explicando sin tecnicismos las ideas y conceptos que fundamentan la psicología actual. Hace que que la psicología sea fácil y accesible. Ofrece tareas, consejos y conocimientos de psicología que puede usarse para resolver problemas de la vida diaria. El propio Colegio oficial de psicólogos de Madrid, le otorgó un reconocimiento por su labor divulgativa de la psicología clínica en diferentes medios de comunicación. Puedes ver muchos videos divulgativos en el perfil de TikTok