La sexualidad en general es un tema habitual en sus preguntas, ya que empiezan a ver diferencias entre niños y niñas, a bebés recién nacidos o a mujeres embarazadas. Todas estas cosas les empiezan a plantear dudas sobre todo en cuanto a la diferencia entre los sexos, el funcionamiento del cuerpo y sobre cómo se origina la vida. Los niños a estas edades suelen volverse mucho más comunicativos con todo el mundo en general en comparación a cuando eran más pequeños. Les gusta contar historias, jugar a juegos fantasiosos y sobre todo investigar y preguntar sobre cualquier cosa que despierte su interés o les genere dudas.
Por eso tenemos que aprender a responder las preguntas de los niños de forma adecuada, y es aquí donde a nosotros nos entran las dudas. ¿Debo hablarles de ciertas cosas y de otras no? ¿Qué es lo que deben saber según su edad? ¿Tengo que adelantarme a hablar sobre sexualidad?
Las dudas son un goteo
Debemos intentar responder siempre con la verdad, de forma clara, directa y con sinceridad. También suele ser muy importante la forma en la que decimos las cosas. Tenemos que mostrar interés en la curiosidad del niño, estar abiertos a escuchar y a responder todo lo que necesite. Lo que queremos es fomentar la actitud de curiosidad, pero también la sensación de confianza que tienen nuestros hijos hacia nosotros, que se irá afianzando a lo largo de los años si sienten que pueden hablar con nosotros de lo que sea necesario, y que siempre recibirán una buena respuesta.
Muchas veces, y más a estas edades, las dudas van surgiendo poco a poco, como un goteo continuo, y no de una sola vez. Por lo que esa idea que tenemos a veces de darles la “charla”, en la que se lo contamos todo, no suele ser muy realista. Los niños nos preguntarán infinidad de veces sobre diferentes cosas, y a veces sobre la misma duda una y otra vez.
Sexualidad a los 3 años
A esta edad suelen ser muy preguntones con todo, sobre todo con los “porqués”. A veces esta interminable lista de preguntas es difícil de abarcar, ya que acaban necesitando respuestas complejas que realmente no entenderían. Tenemos que intentar simplificar las respuestas, y con el tiempo añadiremos detalles y explicaciones extra. Sobre todo, debemos conseguir que el niño sienta que puede preguntar todo lo que quiera, y que se le va a responder adecuadamente, más allá de que las respuestas sean más o menos exactas.
No debemos caer en reprimir las preguntas, aunque a veces un niño pueda resultar excesivamente insistente. Si ese es el caso, podemos pedirle aplazar las respuestas a un momento más adecuado, o apuntar las preguntas en una libreta con él, y explicarle que las responderemos juntos al final del día, por ejemplo. Por supuesto, después tenemos que cumplirlo y responderle.
A los 4 años
En relación a la sexualidad, a esta edad empiezan a descubrir algunas diferencias anatómicas entre los sexos, y por ello muchas de sus preguntas van centradas en este tema, comparándose con hermanos o compañeros del colegio. ¿Por qué los niños hacen pis de pie y las niñas sentadas? ¿Por qué mi hermana no tiene pene como yo?
En general debemos adaptarnos a lo que saben y a que su curiosidad quede satisfecha. En un principio puede que con darle la razón sobre sus observaciones valga. “Es verdad, los niños y las niñas tienen algunas cosas diferentes, igual que papá y mamá”. Pero pronto necesitarán algunos detalles más. “Es verdad, los niños tienen pene y las niñas otra cosa que se llama vulva, pero están más o menos en el mismo sitio”. Si muestra aún más interés, podemos incluso mostrarle algún libro o dibujo para que vea las diferencias más claramente. Así también le estamos inculcando la idea de investigar y buscar información.
También podrían empezar a preguntar de dónde vino o dónde nació, ya que empiezan a entender que las cosas provienen de algún sitio, como las frutas de los árboles. Al principio podemos explicarles que los bebés vienen de las personas, de mamá y papá. “Tú antes de nacer estuviste en la tripa de mamá”. Y si siguen preguntando podemos ir añadiendo algunos detalles, como veremos a continuación.
A los 5 años
Nuestro hijo se va a ir interesando cada vez más y exigirá más detalles poco a poco. ¿Cómo salí de la tripa de mamá? ¿Cómo se hacen los bebés? Debemos mantener las respuestas directas, breves y concisas, ya que si no también acabarán perdiendo el interés y no lo comprenderán. Por ello es mejor no anticiparnos a sus preguntas y darles más información de la que puedan procesar.
Como las respuestas se van complicando, podemos partir de lo que ya sabe el niño. “Y tú ¿Qué piensas?”. “¿Qué crees que ocurre?”. Si previamente ya le hemos hablado de las diferencias básicas entre los sexos, podemos apoyarnos en dibujos para explicarle cómo son los aparatos reproductores y cuáles son sus partes más importantes y básicas.
Acuerdo en el mensaje sobre sexualidad
En general es importante que se llegue a un acuerdo entre los progenitores sobre qué ideas sobre la sexualidad se van a transmitir y cómo, para que no haya confusiones después. Algunos conceptos que podemos explicar son:
- El padre aporta el espermatozoide y la madre el óvulo, y cuando se juntan se crea el bebé.
- El bebé crece en el útero de la madre durante 9 meses.
- Tanto el papá como la mamá son importantes para hacer un bebé.
Podemos explicarle algo así: “Antes de nacer, el bebé está en el útero de la mamá. Allí va creciendo poco a poco durante 9 meses, hasta que es ya grande y está listo para nacer”. “El papá pone el espermatozoide y se junta con el óvulo dentro de la mamá, formando un bebé muy pequeño”.
Dar detalles
Si preguntan por algunos detalles más específicos en relación a la sexualidad, como por el parto, siempre debemos tratar de responderles, aunque no necesariamente dando muchos detalles, sólo lo básico, ya que hay ciertas cosas que podrían resultarles un poco extrañas o incluso les genere algo de rechazo o asco. Por ejemplo: “Las mujeres igual que tienen un agujerito por donde hacen pis, también tienen otro por donde salen los bebés”.
Hay que tener en cuenta que las preguntas y momentos evolutivos asociados a cada edad sólo son una aproximación, y es algo que puede variar de un niño a otro dependiendo de su desarrollo y aprendizaje personal. Lo más importante de todo, sea cual sea su edad, es tratar de adaptarnos a su nivel de conocimientos, siendo sinceros y directos, sin adelantarnos a sus preguntas y fomentando la actitud curiosa y la confianza con nosotros.
Psicólogo general sanitario
Graduado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid.
Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Europea de Madrid.
Especialista en Terapia Cognitivo-Conductual en la Infancia y Adolescencia por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
Máster en Intervención Multidisciplinar para Trastornos Alimentarios, Trastornos de la Personalidad y Trastornos Emocionales por la Universidad de Valencia.
Colegiado M-31888.