- Conseguir frenar emociones que se han descontrolado. A veces ocurre cuando tras un hecho traumático se vuelve a revivir el malestar y se desatan sensaciones de asco, pánico…
- Querer escapar de un dolor emocional, derivado por ejemplo de la ira o la impotencia.
- Liberar la tensión.
- Producir endorfinas y poder llegar a sentir placer.
- Mostrar ante otros el grado de malestar emocional.
- Llamada de atención
Los cortes son la forma de autolesión más frecuente.
- Conflictos abiertos en donde la rabia, el enfado y la impotencia ante otro se descontrola.
- Sentimientos de malestar, a veces unido a enfado hacia uno mismo que llevan a la persona a querer dañarse.
Analicemos brevemente cada una de las situaciones que mencionábamos antes. En los casos en los que la rabia asociada a discusiones se desborda, sirve a quien lo hace como forma de liberar la tensión, pero también sirve para mostrar al otro el nivel de malestar o daño que siente en ese momento. Esto potencia que el otro pare y se sienta algo culpable por la situación, haciendo que la calma por fin llegue. Este tipo de recursos implican una mala gestión de los conflictos, conduciendo a la persona a polarizar sus emociones y a no tener control sobre ellas. El nivel de malestar suele ser muy intenso, y sólo al llegar al extremo es cuando la persona se ve con este recurso para frenar algo que podría haber gestionado de otro modo anteriormente. Las autoagresiones o autolesiones no son azarosas, tienen efectos calmantes para quien se las infringe.
El punto dos, está relacionado con personas con trastornos de la conducta alimentaria y con personas que han sufrido algún tipo de abuso (emocional y/o físico) y ante el recuerdo del abuso buscan dañarse para calmar las emociones provocadas por los recuerdos. Cuando existen sentimientos de culpa se produce una sensación de alivio al dañarse. Es como recibir un castigo y pagar por lo que ha ocurrido.
Conclusión
Por tanto existen razones para las autolesiones, aunque siempre están asociadas a descontrol y a incapacidad para resolver por caminos más eficaces los conflictos, malestares y sentimientos de culpa provocados por determinadas vivencias. Cuando estas conductas se producen con frecuencia, siempre es recomendable buscar un tratamiento psicológico en el que la persona aprenda nuevas estrategias de manejo de los conflictos, y mejore su capacidad de comunicación de necesidades. Ajustar las expectativas ante los cambios que pueden realizar los demás y potenciar vivir una vida con objetivos propios, sin grandes dependencias de los demás, será siempre un buen antídoto ante las autolesiones.
Fernando Azor es director de azor & asociados.
Fernando lleva años explicando sin tecnicismos las ideas y conceptos que fundamentan la psicología actual. Hace que que la psicología sea fácil y accesible. Ofrece tareas, consejos y conocimientos de psicología que puede usarse para resolver problemas de la vida diaria. El propio Colegio oficial de psicólogos de Madrid, le otorgó un reconocimiento por su labor divulgativa de la psicología clínica en diferentes medios de comunicación. Puedes ver muchos videos divulgativos en el perfil de TikTok