La memoria nos da la capacidad de poder almacenar en nuestro cerebro datos, imágenes, palabras, experiencias, etc para que posteriormente puedan ser utilizados. Por tanto nos permite aprender a manejarnos en situaciones nuevas. Unida a otras capacidades intelectuales, nos permite crear hipótesis, resolver problemas, anticiparnos a peligros…

 

3 tipos de memoria

Clásicamente se habla de tres tipos fundamentales de memoria: Almacén de Información Sensorial (AIS), Memoria a Corto Plazo (MCP) y Memoria a Largo Plazo (MLP).

El AIS sirve para almacenar una cantidad casi ilimitada de información pero tan sólo durante unos segundos. Por ejemplo si usted está viendo la televisión y de repente la apaga será capaz de recordar durante unos segundos exactamente lo mismo que oyó los instantes antes de apagar el aparato, con detalles de volumen, intensidad, color, brillo, etcétera.

Esta memoria apenas filtra la información que nos llega desde el exterior; no es hasta pasar a la cuando empezamos a seleccionar lo que es importante de lo que no.

A la MCP se le llama también memoria de trabajo, puesto que nos facilita el procesamiento y el análisis de la información. En el ejemplo anterior de la televisión y con relación a este otro tipo de memoria, diríamos que pasados unos instantes dejaríamos de poder reproducir lo visto y escuchado fielmente para empezar a quedarnos con frases, contenidos de esas frases, imágenes… Estos datos están también limitados en el tiempo y por tanto si no se repiten mentalmente o se analiza con cierta profundidad lo visto, oído y demás, se olvidará.

Por el contrario todo lo que tenga sentido para uno, lo que se juzgue como relevante, tenderá a pasar a la MLP pudiendo mantenerse en ella de manera ilimitada, especialmente si con asiduidad se evocan esos recuerdos.

 

Si no hay procesamiento no hay recuerdo

 

Entendiendo a vuelo de pájaro la mecánica de la memoria cabe resaltar que si no hay procesamiento no hay recuerdo. Digo esto porque son muchas las personas que tienden a plantearse problemas de tipo neurológico (demencias, tumores…) debido a  tener más dificultades para recordar que en tiempos anteriores. Antes habrá que descartar la posibilidad de estar más nervioso, agobiado con algún problema, ya que de ser así es muy probable que no destine la atención necesaria al procesamiento de la información que quiera recordar por estar más pendiente de los que le preocupa.

 

memoria

 

Localización de la memoria

La memoria no se localiza realmente en ninguna zona concreta del cerebro, en realidad es una capacidad que se considera que está distribuida por todo él.

La memoria como otras capacidades del ser humano puede ser ejercitada. Podemos realizar “gimnasia” mental y mejorar nuestra retentiva. Digamos que para empezar, nos puede bastar con intentar memorizar los números de teléfono de los más allegados o las  tareas  pendientes para realizar en diferentes momentos de la semana. En cualquier caso, siempre que le des sentido a la información que quieres memorizar, mejor: si quieres recordar un teléfono, asócialo al dibujo que realiza la secuencia en el dial del teléfono, o crea un orden lógico, o crea una rima, cuanto más te evoque lo que quieres memorizar, más fácil será después recuperar esa información.

Un buen consejo para los estudiantes es no aprenderse todo el texto de carrerilla, es mejor realizar asociaciones, dibujos representativos, etcétera, pero sobre todo lo que es importante es que entendamos lo que queremos memorizar, así el esfuerzo será menor.

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