La desrealización, lejos de ser un fenómeno casual, suele tener causas comunes que se presentan de manera conjunta o separada. La sensación subjetiva de desrealización o despersonalización está frecuentemente relacionada con la hiperventilación, un patrón de respiración continuado y acelerado que resulta de la ansiedad. Esta dilatación alveolar mayor puede generar una extraña percepción de la realidad.

Otra causa común es la percepción de impotencia, especialmente en asuntos relacionados con el sentido de la vida, el control sobre las circunstancias y la comprensión de nuestro origen y destino. Estos pensamientos pueden provocar una sensación de extrañeza consigo mismo.

Los niveles elevados de ansiedad, alerta y preocupación contribuyen significativamente a este fenómeno, especialmente si la persona ya ha experimentado desrealización en el pasado y está más sensible a dicha sensación. A menudo, las personas que experimentan desrealización buscan constantemente un estado de calma donde estas sensaciones no se manifiesten y tienden a evitar situaciones o contextos que podrían generar ansiedad, lo cual, a la larga, puede tener un impacto negativo en su funcionamiento diario.

 

 

Estrategias Prácticas para Recuperar la Conexión con la Realidad

Es esencial comprender que la desrealización puede potenciarse cuando los niveles de ansiedad son elevados. Las personas propensas a esta experiencia suelen evitar situaciones que consideran desencadenantes de ansiedad, lo que, paradójicamente, las hace más sensibles a cualquier elemento o circunstancia que pueda generar ansiedad. Esta evitación puede convertirse en un patrón que crece con el tiempo, afectando significativamente la calidad de vida y el funcionamiento diario de la persona.

Una estrategia efectiva para abordar la desrealización implica afrontar gradualmente las situaciones temidas, permitiendo que las sensaciones ansiosas estén presentes y aprendiendo a manejarlas en lugar de evitarlas. La intervención psicológica, con un enfoque en la exposición gradual y el manejo de la ansiedad, puede ser fundamental para superar este fenómeno. En este proceso, se busca que la persona desarrolle habilidades para tolerar la ansiedad, reducir la evitación y, en última instancia, recuperar una sensación de conexión y familiaridad con la realidad.

 

Desrealización: un fenómeno complejo

La desrealización es un fenómeno complejo, pero comprender sus factores desencadenantes y abordar la ansiedad subyacente puede marcar la diferencia en el camino hacia la recuperación y el restablecimiento de una vida plena y funcional. En el siguiente segmento, exploraremos estrategias específicas y enfoques terapéuticos que pueden ser beneficiosos para quienes buscan superar la desrealización y recuperar el control sobre su bienestar emocional y mental.

 

 

Pilares en la Superación de la Desrealización

En nuestra exploración de la desrealización, es fundamental comprender cómo esta experiencia afecta la vida cotidiana y cómo se manifiesta en diferentes aspectos. Las personas que experimentan desrealización a menudo se ven inmersas en un círculo de malestar que abarca no solo la percepción de la realidad, sino también su capacidad para funcionar en situaciones diarias.

La desrealización puede tener un impacto significativo en el bienestar emocional y mental de quienes la experimentan. Las sensaciones de extrañeza y desconexión con la realidad pueden generar ansiedad, depresión y una sensación general de malestar. Además, la evitación constante de situaciones que desencadenan estas sensaciones puede limitar considerablemente la vida de una persona, afectando las relaciones, el trabajo y las actividades sociales.

La evitación de situaciones desencadenantes es una estrategia común adoptada por aquellos que experimentan desrealización. Sin embargo, esta evitación solo refuerza el ciclo de ansiedad y contribuye a la sensación de desconexión. Aprender a enfrentar gradualmente estas situaciones, permitiendo la presencia de la ansiedad y desarrollando estrategias para manejarla, es fundamental para superar la desrealización.

La intervención terapéutica desempeña un papel crucial en este proceso. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser efectiva para abordar la desrealización al ayudar a las personas a cambiar patrones de pensamiento negativos y a enfrentar gradualmente las situaciones temidas. Durante la terapia, se exploran y desafían las creencias irracionales que sustentan la desrealización, permitiendo a la persona desarrollar una comprensión más realista de su experiencia.

 

Soluciones a la desrealización

Además de la TCC, otras modalidades terapéuticas, como la terapia de exposición, la terapia de aceptación y compromiso (ACT) y la terapia de reestructuración cognitiva, pueden ser beneficiosas para abordar la desrealización desde diferentes enfoques. El apoyo psicológico proporciona un espacio seguro para explorar las emociones, comprender los factores subyacentes y desarrollar estrategias efectivas para enfrentar la ansiedad.

En la siguiente sección, nos sumergiremos en enfoques prácticos y estrategias que las personas pueden incorporar en su vida diaria para reducir la desrealización y recuperar una conexión más saludable con la realidad. Exploraremos técnicas de manejo del estrés, mindfulness y otras herramientas que pueden ser útiles en el camino hacia la recuperación y el restablecimiento de una vida plena.

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