Dentro de una relación sexual puede identificarse diferentes momentos y reacciones que podríamos definir como fases. Esto es importante para saber qué está pasando, pero también para poder poner remedios desde el punto de vista psicológico a los problemas que tenga una persona para poder mantener una relación sexual plena.

Demos antes una vuelta para llegar a la definición de esas etapas. El sexo moviliza a las personas, mueve anualmente miles de millones y cada vez que sale en alguna conversación, la charla se anima. No tarda mucho en aparecer el comentario picante y la fanfarronada de turno. Tener una gran capacidad sexual, tener un pene grande, la capacidad para dar placer a la pareja, son algunos de los temas que con mayores risas y alborozos se reciben entre los hombres. El caso es que ya forma parte de nuestra cultura y como tal tiene su valor. El problema es que en muchos casos este saber popular tergiversa la realidad y magnifica los posibles problemas sobre las relaciones sexuales.

 

A gusto de cada cuál

No existe una forma concreta de disfrutar de las relaciones sexuales, a cada uno le pueden gustar cosas diferentes: mirar constantemente a su pareja, hablar, jadear en alto, etcétera. Aún así el reflejo fisiológico durante todo el coito es casi idéntico en los seres humanos: congestión de los vasos sanguíneos en las zonas genitales y una elevada tensión muscular hasta llegar al orgasmo.

 

fases relación sexual

 

Las fases de la relación sexual

La relación sexual la podemos dividir en las siguientes fases: fase de deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución. En función de si se es hombre o mujer el desarrollo de estas fases se producirá de manera diferente.

Vayamos por partes, el Deseo es necesario para que puedan iniciarse el resto de las fases antes descritas y por lo tanto sin él no podrá desarrollarse adecuadamente la respuesta sexual.

Durante la Excitación, en la mujer se produce un aumento de la lubricación de la vagina, elevación del útero y cuello del útero, los labios externos de la vagina se aplanan y abren, los pechos pueden aumentar ligeramente de tamaño y se produce una erección de los pezones. En el hombre, la respuesta más evidente es la erección del pene. En muchos casos, a pesar de lo que la gente cree, es necesario un tiempo para que progresivamente vaya produciéndose.

 

Cambios físicos durante la relación

 

La fase Meseta, en la mujer, es básicamente una intensificación de la anterior, y tiene como rasgo peculiar una disminución de la entrada a la vagina con el fin de mantener con mayor facilidad el pene en su interior una vez introducido. En el hombre también se intensifican las respuestas de la fase anterior, produciéndose además un mayor incremento del volumen de los testículos (un 5 %).

La fase Orgasmo es en la que se libera toda la tensión sexual acumulada, en la mujer, se producen contracciones simultáneas y rítmicas, del útero, cuello de la vagina y esfínter anal. Pueden producirse ocasionalmente orgasmos múltiples, siempre que se mantenga la excitación y el interés sexual, aunque no es lo habitual.

En el hombre pueden diferenciarse dos partes, una primera en la que unas contracciones empujan el semen dentro de la uretra, experimentándose como urgencia eyaculatoria, y una segunda fase en la que se sincronizan contracciones en el pene, uretra y próstata, provocando la expulsión del semen.

Por último la fase de Resolución. En esta fase se reducen las respuestas fisiológicas anteriores de forma paulatina, principalmente por la disminución del flujo sanguíneo a los órganos sexuales, especialmente en el masculino.

Los problemas sexuales sexuales se pueden ir localizando en las diferentes fases hasta aquí citadas: falta de deseo, de excitación, dispauremia, anorgasmia, eyacuación retardada, Ansiedad de ejecución, problemas de erección…

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