La ansiedad y el dolor de tripa tienen bastante conexión en la infancia. La ansiedad suele estar asociada a muchos síntomas diferentes. Los más habituales, y quizá los más fáciles de identificar, suelen ser la sensación de falta de aire, la taquicardia o la sudoración entre otros. Pero la realidad es que esto puede cambiar mucho dependiendo de las personas o de la situación a la que se enfrenten. De esta forma también podemos asociar la ansiedad al dolor de tripa o de cabeza, hormigueos o sensaciones mucho menos habituales como la desrealización.

De hecho, muchas veces son precisamente estos síntomas los que se llevan toda nuestra atención y preocupación, y no la ansiedad en sí misma. ¿Cuántas veces te han entrado ganas de ir al baño cuando tenías algo importante que hacer o precisamente cuando tienes mucha prisa? ¿Conoces a alguna persona cercana que pensase que estaba sufriendo un infarto y después de ir a urgencias le dijeron que sólo era ansiedad? Estas situaciones son más habituales de lo que parecen.

 

El dolor de tripa y la ansiedad

¿Tu hijo suele ponerse malo justo antes de ir al colegio? Aunque fácilmente podríamos pensar que está tratando de fingir para intentar quedarse en casa, puede que no sea así. También podríamos pensar que efectivamente ha podido ponerse enfermo por alguna razón. Pero otra de las opciones es que tenga ansiedad, y eso le esté provocando dolor de tripa, e incluso diarrea o vómitos. Puede que tenga un examen o que ocurra alguna situación en clase o en el colegio que le preocupe significativamente. Psicólogo infantil Tres Cantos.

Además, esto no ocurre sólo una vez, sino que suele repetirse frecuentemente día tras día. Y es que las personas tenemos mucha facilidad para asociar rápidamente algunas situaciones a ciertas formas de sentirnos. Puede que un día comamos algo en mal estado, nos pongamos muy enfermos, y desde entonces no queramos ni volver a escuchar hablar de comer lo mismo. Seguro que alguna vez has escuchado una canción que te ha puesto triste inmediatamente, y puede que ni siquiera supieras por qué. Estos procesos de aprendizaje han sido muy útiles a lo largo de la evolución del ser humano para mantenernos sanos y salvos, pero a veces pueden tener consecuencias indeseadas.

 

dolor de tripa

 

¿Qué hacer para que no le duela la tripa a mi hijo?

Si ya sospechamos que el dolor se puede deber a la ansiedad y hemos descartado el resto de opciones, podemos tener en cuenta dos cosas que nos pueden ayudar a solucionarlo.

Lo primero es saber qué ha originado que empezase a dolerle la tripa reiteradamente. Puede que la primera vez sí que se pusiese malo de verdad, y a partir de entonces siempre que se presenta la misma situación le duela la tripa. Puede también que le haya ocurrido algo malo, le doliese la tripa y desde entonces se repita. Esto suele ayudar a entender qué está pasando y a pensar en posibles soluciones, como enseñarle a estudiar mejor para futuros exámenes o hablar con el colegio si está teniendo problemas con algún compañero.

Lo segundo que nos puede ayudar a conseguir que no le duela más la tripa, es saber qué es lo que está provocando que esa situación se mantenga a lo largo del tiempo sin cambiar apenas. Siempre hay que ponerse en manos de un psicólogo infantil para que nos ayude a analizar estos problemas y que nos proporcione las herramientas adecuadas y adaptadas a nuestro caso.

A veces, aunque tengamos la mejor de las intenciones, podemos hacer algo que agrave el problema sin darnos cuenta o que simplemente no sirva para solucionarlo. Aun así, es bastante común que con el dolor de tripa el niño esté consiguiendo evitar alguna cosa aversiva para él. Podría ser hacer algún examen, encontrarse con algún compañero conflictivo, o ir a esa clase que le parece tan difícil. Esto no tiene por qué significar que él esté provocando el dolor o fingiendo de alguna forma, pero queramos o no, evitar estas situaciones no hará que el dolor desaparezca, sino todo lo contrario. Por tanto, una solución muy habitual seguramente consista en intentar no dejar de hacer esas actividades que está consiguiendo evitar al dolerle la tripa. Es un proceso que al principio costará trabajo, pero lo habitual es que el dolor de tripa vaya desapareciendo poco a poco.

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