A veces no es fácil saber lo que quiero. Los miedos, la gestión del conflicto, la opinión negativa de los demás, y mucho más, pone difícil saber lo que se desea.

Estas frases que provienen de lo que llamamos los psicólogos, derechos humanos básicos, potencian el que cada persona se responsabilice de su emoción y busque su solución. Tengo derecho a:

  • Anteponerme a los demás
  • Equivocarme
  • Ser el último que juzgue mis sentimientos y a aceptar que son legítimos.
  • Tener mis propias opiniones e ideas.
  • Cambiar de opinión o a cambiar la forma de actuar.
  • Quejarme de cualquier trato o crítica que haga que me sienta mal.
  • Interrumpir para pedir que me aclaren las dudas
  • Negociar para cambiar.
  • Pedir ayuda y apoyo moral
  • Expresar y a sentir el dolor.
  • Ignorar las advertencias de los demás.
  • Que se me reconozcan mis trabajos y mis logros.
  • Decir no. Tengo derecho a decidir si satisfago las expectativas de otras personas o si me comporto siguiendo mis intereses.
  • No tener que justificarme ante los demás.
  • Estar solo aunque a los demás les guste mi compañía.
  • Detenerme y pensar antes de actuar, y Tengo derecho a elegir no responder a una situación
  • No responsabilizarme de los problemas de los demás.
  • Escoger no comportarme de manera asertiva.
  • No tener que anticiparme a las necesidades y los deseos de los demás.
  • Hacer menos de lo que humanamente soy capaz de hacer
  • Pedir lo que quiero (dándome cuenta de que la otra persona tiene el derecho a decir no). «Cuando viene algo, yo puedo decir sí o no… yo elijo» «No tengo que cambiar a nadie»

 

Saber lo que quiero…

Asumir y actuar con arreglo a estas frases hace que sea más fácil hacer frente a lo que uno siente y que busque soluciones dentro de lo que depende de uno mismo. De esta manera no se delega en los demás. No se culpa al otro de no adelantarse a mi necesidad, o de haber preguntado algo que no debía, o de que no me preguntó por mi malestar. Es uno mismo quien expresa lo que siente, o pide ayuda, o no se justifica, o afronta el ser juzgado de un modo injusto al defender una necesidad. Lo malo es que afrontar de este modo las adversidades o malestares en general conlleva mucho más esfuerzo, además de que así hay que afrontar más conflictos directos. Este tema está muy bien explicado en el artículo que habla sobre la opinión de los demás y la gestión de las etiquetas negativas. Muy recomendable leerlo también.

 

saber lo que quiero

Situaciones relacionadas con asumir nuestras emociones

Muchas situaciones cotidianas en la vida de cualquier persona pueden tener relación con este artículo: «me ha dejado mi novia», «mi hijo tiene un comportamiento que no me gusta», «me avergüenzo de mi pareja», «no me suben el sueldo», «tengo ansiedad y no puedo hacer cosas sola»…

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