Personas que se aíslan en sus casas, sin desear contacto alguno, huyendo de los compromisos sociales. No salen de la habitación, apenas se relacionan con sus familiares. Es posible que padezcan el Síndrome de hikikomori. Un síndrome que, hasta hace poco, se pensaba que únicamente se producía entre la población más joven de Japón. Sin embargo, se han empezado a encontrar casos en España, Italia y Estados Unidos. Tanto en Japón como en Occidente, ocurre más entre los hombres. En cuanto a la edad, existen variaciones, en los pocos casos producidos en España, se ha descubierto que la edad media entre los hombres afectados es de 35 y, entre las mujeres de 51 años.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome hikikomori?
Hikikomori es una palabra japonesa que significa estar recluido, y es básicamente lo que desean quienes lo padecen. Se produce principalmente, como hemos dicho, entre los jóvenes, quienes, debido a la gran presión social y familiar necesitan aislarse del mundo, dejar de frecuentar a sus amigos, olvidarse de los estudios o del trabajo. Van descuidando sus actividades y obligaciones poco a poco, hasta que terminan encerrados en sus habitaciones.
En la mayoría de los casos, la única conexión con el mundo es internet, lo usan en su encierro para jugar o chatear con otras personas. Algunos afectados, pueden llegar a abandonar el encierro, momentáneamente, para ir a comprar durante la noche objetos para su ordenador o comida basura, pero no es lo habitual. Suelen descuidar su aseo personal, y aprovechan la oscuridad para salir de sus habitaciones e ir al baño o cocina, y así evitar cualquier contacto con los familiares. Estos se desesperan, no entienden que sucede y no tienen claro cómo reaccionar.
En ocasiones intentan convencer al enfermo para que acuda al psiquiatra o psicólogo, un ruego que normalmente es inútil. Terminan estando tan desconectados los unos de los otros, que solo se guían de cómo encuentran las bandejas de comida delante de su puerta, para saber si el afectado por el síndrome se encuentra bien físicamente.
¿Cuál es el origen del síndrome hikikomori?
Como ya hemos comentado anteriormente, se inicia en Japón. Según los últimos estudios, se cree que las altas exigencias sociales y familiares a las que se ven sometidos los jóvenes, principalmente los varones, hizo que terminasen desesperados, convencidos de que jamás cumplirían las expectativas de los demás, y por tanto optarán por recluirse. El problema no surge de la noche a la mañana, desde niños empiezan a notarse los síntomas que les conducirán al encierro. En la infancia suelen ser tristes, con bajo ánimo y autoestima, además de sentir poco interés por las actividades cotidianas. Con los años se convierten en personas encerradas en sí mismas, desconfían del mundo exterior, les asusta, por lo que terminan perdiendo a sus amistades y cortando toda relación con la sociedad, hasta terminar presos de sí mismos en sus habitaciones.
También puede suceder que este síndrome vaya asociado a otras patologías como la fobia social o trastornos psicóticos. Esto se produce más en los países occidentales.
¿Existe tratamiento para el síndrome hikikomori?
Existe. Pero se trata de diferente manera en Japón, que en Occidente. En Japón, se prefiere no obligar en ningún momento a que el afectado abandone su encierro a la fuerza y de golpe. Una vez que la familia pide ayuda, lo cual no es fácil pues se avergüenzan de su situación, pueden solicitarla en fundaciones como New Start, que se encarga específicamente de este problema.
La idea es ir mentalizándoles poco a poco, primero con cartas y después con visitas, que es necesario que salgan de su encierro. Cuando esto funciona, les empiezan a visitar voluntarios de la fundación, hasta que consiguen llevarles a apartamentos compartidos que financia esta organización. Allí donde se les ayuda a comunicarse de nuevo con el exterior, a participar en actividades cotidianas e incluso se les apoya para que se introduzcan en el mercado laboral cuando están preparados.
Suele rehabilitarse completamente alrededor del 30% de los pacientes. También se aconseja que los familiares se involucren en el proceso, y lleguen a expresar lo que siente. Algo que ayudará al afectado de manera considerable, el silencio dentro de las familias japonesas será uno de los grandes problemas a combatir.
En occidente, en cambio, se opta por la rápida hospitalización de estas personas, combinando la terapia psicológica con ansiolíticos y antidepresivos. Como en Japón, también se aconseja la total involucración de la familia en la terapia, conocer a fondo el síndrome y actuar de la manera que les aconsejen los especialistas. Es necesario restablecer poco a poco los lazos de comunicación entre el afectado y sus seres queridos, quienes en las siguientes fases del tratamiento, deberán estar pendientes de cómo vaya evolucionando el paciente en el hogar, además de ayudar a reinsertarse nuevamente en la sociedad, todo ello bajo la supervisión del terapeuta.
D. Fernando Azor Lafarga, director de Azor & Asociados, PsicologodeCabecera.com y PsicologoAeronautico.com, cuenta con más de 20 años de experiencia. Licenciado en Psicología Clínica, con múltiples especializaciones y participación en medios, ofrece psicoterapia y asesoría pericial. ¡Descubre más sobre su trayectoria y expertise!»
Es interesante y útil para comprender que sucede a nuestro alrededor y ayudarles a salir de ello, gracias me a servido muchísimo
gracias a ti!