Se conoce como juego patológico, ludopatía o adicción al juego, al tipo de juego que implica asumir riesgos económicos con posibilidades de ganancias inmediatas y que facilita la aparición de conductas problemáticas. El juego patológico es por necesidad, el juego normal es por placer.

La adicción al juego, o ludopatía se caracteriza por el aumento de la frecuencia y del dinero invertido, las complicaciones crecientes (ruina económica, ruptura relaciones familiares, por ejemplo), la pérdida de control, el grado de malestar, la incapacidad de abstenerse, la disminución de la satisfacción y una gran dificultad para frenar los deseos de repetir

La ludopatía además de como un trastorno del control de los impulsos, es considerada por muchos autores actualmente como una adicción sin droga por las semejanzas que tiene su sintomatología con la de muchos alcohólicos y drogodependientes: se juega a pesar de sus consecuencias negativas; la persona no siente control; el adicto organiza su vida alrededor de la adicción. La dependencia física no es un requisito imprescindible para la adicción.

 

Ludopatía

La adicción al juego, la ludopatía afecta en España entre un 2% y 3% de la población adulta. Además, diversos estudios muestran que la dependencia fundamental es a las máquinas de azar o “tragaperras”. La gran adicción que producen estas máquinas se debe a una serie de aspectos psicológicos implicados en su funcionamiento: su amplia difusión; el importe bajo de las apuestas con posibilidad de ganancias proporcionalmente cuantiosas; el poco tiempo transcurrido entre la apuesta y el resultado; ciertas señales indicativas que generan creencias distorsionadas como “la máquina está caliente o a punto de dar el premio” (marcadores de bote acumulado, etc.); y la manipulación personal de la máquina que genera cierta ilusión de control. Además, las luces, música y tintineo de las monedas al caer generan una gran tensión emocional y activación psicofisiológica.

 

adicción al juego

 

El tratamiento de la ludopatía

 

El tratamiento de la ludopatía generalmente implica una combinación de terapia psicológica, apoyo emocional y, en algunos casos, medicación. La terapia cognitivo-conductual es uno de los enfoques más comunes, que ayuda a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales asociados con el juego compulsivo. Los grupos de apoyo, como Jugadores Anónimos, también pueden ser beneficiosos al brindar un entorno de apoyo y compartir experiencias con personas que atraviesan situaciones similares.

Una vez aparece el comportamiento adictivo jugará un papel fundamental los apoyos con los que cuente la persona, de tal forma, la familia podrá actuar como un elemento facilitador o como un elemento inhibidor del juego.

 

Fases de la adicción al juego

 

El juego se inicia generalmente en la adolescencia, aunque puede ser también antes o después, y se pasa de unas primeras apuestas a una falta de control total. En esta evolución el jugador pasa por tres fases:

 

  1. Fase de ganancia: las primeras ganancias le producen una gran excitación y expectativas de que puede aún ganar más dinero. Esta fase puede durar desde varios meses hasta varios años.
  2. Fase de pérdida: con el objetivo de conseguir mayores premios cada vez arriesga más, perdiendo tanto más cuanto más apueste. Su accesibilidad al préstamo hace que el jugador siga jugando cuando ya se ha gastado su dinero. Cuando las deudas se acumulan, el jugador sólo ve una opción para ganar y recuperarse: el juego. Ahora ya no juega para ganar sino para recuperar lo perdido. Esta situación hace que entre en una espiral. La única posibilidad para recuperar el dinero es conseguir más dinero, sólo ve posible conseguirlo jugando, y para esto hace falta más dinero.
  3. Fase de desesperación: el juego alcanza una gran intensidad, el jugador vive sólo para jugar. Se despreocupa de la familia, amigos y trabajo. Aumenta los riesgos y puede verse implicado en problemas financieros y legales: cheques sin fondos, apropiación de dinero, acudir a prestamistas, pequeñas estafas, etc. Incrementa el nerviosismo, duermen poco, están irritables y su vida les resulta poco placentera. Todo esto produce en el jugador un estado de pánico (por sus grandes deudas, deseo de devolver el dinero, problemas familiares, etc.)

 

 

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