¿Se puede ser ansioso y feliz al mismo tiempo?¿Es posible que convivan estos dos estados de ánimo? Desde luego choca encontrar juntas a la ansiedad y a la felicidad en una misma frase, pero la realidad es que son más compatibles de lo que parece.
La ansiedad de forma clásica se define como una respuesta del organismo que tiene la finalidad de ayudar a resolver situaciones y alcanzar necesidades. Nos ayuda a reaccionar ante peligros y nos mantiene alerta. La ansiedad se manifiesta a diferentes niveles: los pensamientos y los movimientos tienden a acelerarse, caminamos y hablamos más rápido, tendemos a notar más las reacciones cardíacas y gástricas…
Interpretar correctamente la ansiedad
Si las sensaciones son interpretadas de forma amenazante, entonces pueden bloquear a quien las padezca. Si por el contrario se integran dentro de la normalidad, la vivencia será de comodidad, incluso de satisfacción. Son muchas las personas que sienten ansiedad y viven el día a día con intensidad: hacen planes para encajar tareas, resuelven temas pendientes, se esfuerzan por alcanzar los objetivos que se proponen en el trabajo, en un deporte… Buscan caer bien y divertirse, intentan reír y hacer reír. Son personas que al implicarse en lo que hacen pueden tender a activarse internamente algo más de lo que quizás sería necesario. Aún así eso no significa que deban sentirse superadas o amenazadas por sus sensaciones, de hecho sentir el cuerpo puede ser simplemente un indicador de que se está vivo.
Estar ansioso puede hacernos más vulnerables
En cuanto al pronóstico, no hay una evidencia empírica que determine que la persona con elevados niveles de ansiedad ha de “estallar” en algún momento o por el contrario se llevará siempre bien con sus sensaciones. Parece que sentirse ansioso a diario hace más vulnerable a las personas ante situaciones estresantes, o ante situaciones de amenaza mantenida en el tiempo como: conflictos laborales durante meses, o el nacimiento de un hijo con alguna deficiencia o minusvalía
Por tanto se puede estar ansioso y además feliz, incluso cuando los niveles de ansiedad sean elevados. Puede darse el caso de sentirse superado por las responsabilidades y/o lo que está pendiente, y no perder en ningún momento la felicidad, teniendo ganas de realizar actividades, enfrentarse a nuevos retos. En cualquier caso la tristeza, la apatía, y más tarde la depresión, podrían aparecer como consecuencia de un “desfondamiento”, de una vivencia subjetiva de impotencia e incapacidad para dar salida a lo que está por venir.
Sentirse ansioso no es malo por sí mismo, lo es si no se moderan los niveles medios a los largo del día. Es aconsejable dosificar y aprender a escucharse interiormente. Si “ponemos la oreja” nos podemos dar cuenta de que nuestra ansiedad es más alta de lo deseable. Es posible que nos hayamos acostumbrado a vivir con mucho ruido y acabemos creyendo que el silencio es más ruidoso de lo que en realidad debe ser. Si tienes dudas, solicita una evaluación, realiza algún test y compara los baremos con la población general, puedes llegar a descubrir que tienes más ansiedad de la que es deseable y gracias a ello empezar a hacer algunos cambios útiles en tu vida.
Fernando Azor es director de azor & asociados.
Fernando lleva años explicando sin tecnicismos las ideas y conceptos que fundamentan la psicología actual. Hace que que la psicología sea fácil y accesible. Ofrece tareas, consejos y conocimientos de psicología que puede usarse para resolver problemas de la vida diaria. El propio Colegio oficial de psicólogos de Madrid, le otorgó un reconocimiento por su labor divulgativa de la psicología clínica en diferentes medios de comunicación. Puedes ver muchos videos divulgativos en el perfil de TikTok