Hablamos de un  trastorno de pánico cuando una persona sufre de manera recurrente crisis de ansiedad. Hablamos de crisis de angustia o también de pánico. A veces este trastorno va acompañado de agorafobia, o miedo a estar en lugares en los que la salida esté dificultada por alguna razón.

Las crisis de ansiedad son respuestas muy intensas del organismo que se manifiestan por medio de pensamientos, emociones, sensaciones y conductas de mucho bloqueo y malestar. Las emociones suelen ser de miedo muy intenso hacia peligros que se perciben como muy inminentes. Por esa razón brotan pensamientos como: me puedo desmayar, puedo morir, perderé el control, enloqueceré, o voy llamar la atención por mi malestar.

Una vez las crisis de ansiedad se repiten en el tiempo, generan un efecto bola de nieve. Aquellos sitios en los que se han producido o se teme que se produzcan las crisis, multiplican el nivel de malestar y amenaza para la persona.

 

Los síntomas físicos principales asociados al trastorno de pánico son:

  • Sensación de ahogo.
  • Mareo o sensación de inestabilidad, a menudo acompañada a la sensación de irrealidad o extrañeza con respecto a la realidad.
  • Palpitaciones o taquicardia.
  • Temblores.
  • Sudoración o sofocos.
  • Náuseas, vómitos o dolores abdominales.
  • Hormigueo o adormecimiento de diversas partes del cuerpo.
  • Escalofríos o sensación de frío en manos y pies.
  • Dolor en el pecho.

 

recaídas del trastorno de pánico

 

Tratamiento de trastorno de pánico

Las crisis de ansiedad y en su conjunto los trastornos de pánico tienen un abordaje centrado en algunos aspectos. La terapia cognitivo-conductual es la que ha demostrado mejores resultados para su tratamiento, y propone trabajar sobre lo siguiente:

 

  • Psicoeducación – consiste en ayudar a los clientes a comprender la reacción de estrés lucha / huida y la fisiología del sistema de la ansiedad. Proporcionar a los clientes con esta información favorece una sensación de control y puede reducirla tendencia a creer que algunos que algo muy malo va a ocurrir en función  de las señales corporales que experimenta.
  • Reestructuración cognitiva – se revalúan las ideas catastróficas derivadas de las sensaciones físicas inesperadas y se proponen otras  más adaptativas e igualmente realistas (por ejemplo, que revalúa la impresión errónea de que un dolor repentino en el pecho es la señal inminente de un ataque al corazón).
  • Entrenamiento en relajación por medio de la  respiración diafragmática – consiste en inhalar y exhalar con el diafragma – esencialmente, la respiración relajada con el estómago en lugar de la respiración de su pecho. este tipo de respiración puede ayudar a reducir los ataques de pánico al aumentar la sensación de control.
  • Exposición a sensaciones interoceptivas – la exposición repetida, sistemática y graduada a las sensaciones corporales temidas (por ejemplo, a la aceleración cardiaca por el ejercicio, o al mareo que provoca al girar sobre sí mismo). Habría que explicar que esta estrategia se propone partiendo de sensaciones muy bajas y sólo en la medida en que la persona avanza, se proponen nuevos pasos para alcanzar la calma.
  • Valoración de hábitos de vida. Limitar o evitar la cafeína, el alcohol y ciertos medicamentos, potenciar las relaciones sociales y practicar ejercicio con regularidad, son entre otros, hábitos fundamentales que deben acompañar a la psicoterapia para garantizar la superación de la agorafobia.

 

Prevención de recaídas del trastorno de pánico

La solución en psicoterapia a los  trastornos de pánico no suele ser lineal. El aprendizaje de las técnicas y la interiorización de la calma conlleva episodios de bloqueo que se expresan en forma de recaída con mucha frecuencia. Es común que haya entre 2 y 5 recaídas del trastorno de pánico según la persona y de sus circunstancias personales. No es lo mismo alguien que se encuentra en un momento relajado de su vida, a quien está en medio de cambios laborales, muertes de seres queridos… Es muy importante conocer el carácter escalonado, aunque ascendente del proceso de psicoterapia.

 

La solución en psicoterapia a los  trastornos de pánico no suele ser lineal

 

Las recaídas del trastorno de pánico no suelen ser bruscas, normalmente la persona va dejando de hacer lo que le ayudaba a estar bien, sin apenas percatarse de lo que ya no hace. Siempre que nos encontremos con un escalón descendente temeremos volver a estar tan mal como nos hemos sentido en momentos pasados.  La realidad es que si se han hecho bien las tareas y se han entendido bien los conceptos, bastará con perseverar y retomar lo que ha funcionado, para que todo vuelva de nuevo a su lugar.

Es muy importante, potenciar mucho la parte conductual, es decir, hay que volver sobre las tareas de exposición a las sensaciones físicas y los contextos en los que se producen con mayor intensidad. Si se hace adecuadamente en pocos días se puede reconducir la recaída y volver por el camino de estar sereno y calmado. En muchos casos tener un par de sesiones con el psicólogo clínico que haya guiado el tratamiento puede ser suficiente para volver todo hacia la senda correcta y eliminar los síntomas más bloqueantes.

 

Ante las recaídas del trastorno de pánico, hay que potenciar mucho la parte conductual

 

 

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