No siempre es necesario esperar a que la relación esté muy deteriorada para optar por la psicoterapia de pareja. De hecho podríamos hablar de un apoyo psicológico a modo de prevención, además de la terapia para cuando el malestar y las dificultades para la convivencia son evidentes.

Romper una relación sentimental es, muchas veces, algo muy doloroso. Puede suceder que esta esté tan deteriorada que ya no se pueda hacer nada por salvarla. En esos casos lo mejor es romper la relación, separarse o divorciarse. Esto puede ser algo muy doloroso, sobre todo si se tienen hijos. Aquellas personas que sienten que todavía se puede salvar algo, que no quieren tirar la toalla y que deciden luchar para sacar adelante su relación son las que suelen acudir a terapia de pareja.

Para que la terapia de pareja tenga mayores probabilidades de éxito, lo deseable es que los dos hayan decidido ir dispuestos a poner algo de su parte para que la oportunidad sea más solida. Puede suceder que uno de los dos decida ir mientras que el otro no quiere hacerlo. Hasta que las dos partes no sean capaces de dirigirse en la misma dirección, es difícil avanzar en la psicoterapia.

 

Causas de la ruptura de pareja. Psicoterapia de pareja

Según lo visto en consulta, las principales causas de los problemas de pareja son la falta de comunicación y la incapacidad de aceptar al otro tal como es. En cuanto a lo primero, estas parejas no se entienden porque cada uno adivina una secreta intención en el otro o directamente quieren cosas distintas. Así, los días transcurren entre peleas inútiles, siempre en tensión, esperando para atacar al otro o hacerle algún reproche. Muchas veces, uno de los dos reclama algo al otro y el otro no sabe ni qué le está reclamando. Hace falta más empatía y saber qué puede estar provocando dolor a nuestra pareja. Esto es difícil cuando, como hemos dicho antes, el resentimiento y el dolor campan a sus anchas entre la pareja. En cuanto a la incapacidad de aceptar al otro, esta se basa en que muchas veces queremos que nuestra pareja se ajuste a un molde ideal que hemos prefabricado mentalmente.

Tenemos que asumir que no existe la pareja ni la relación perfecta. Lo importante es que la relación funcione. Si no funciona, lo sensato es probar con la terapia de pareja. Siempre y cuando queramos realmente que la relación vuelva a funcionar, claro; también tirar la toalla es muchas veces la opción más inteligente que nos permite cambiar nuestra vida.

 

pareja

 

La experiencia demuestra que son las mujeres las que suelen tomar más a menudo la iniciativa a la hora de acudir al psicólogo de pareja. Tienen más facilidad para expresar sentimientos y emociones. Por otro lado, aunque pueda parecer que los hombres son algo reacios a la terapia de pareja al principio, suelen comprometerse con la terapia tras pasar las primeras sesiones.

 

Cómo identificar una relación de pareja sana

Hay una serie de factores comunes que nos pueden indicar si mantenemos un relación de pareja sana. Estas son algunas características que deben estar presentes en una relación y que indican el grado de salud que tiene.

 

La comunicación es eficaz.

Nuestras emociones, nuestras inseguridades y las de los demás pueden ser frenos para hacer llegar correctamente al otro lo que queremos decir. Sentir que algo es evidente, que llevamos la razón y que así debe entenderlo todo el mundo, nos ayuda a defender ideas y necesidades, pero también nos puede hacer sentir con demasiada frecuencia decepción al ver que los demás no ven la realidad como nosotros lo vemos. Además, la vehemencia con la que defenderemos nuestra visión puede hacer que el otro en vez de atender a nuestros argumentos y reflexionar sobre ellos, se centre más en defenderse y explicarse. Lamentablemente, no siempre los demás nos perciben de la manera que queremos.

Para intentar simplificar la comunicación humana, podemos decir que existen cuatro modos de comunicación esenciales: la agresión, la sumisión, la agresión pasiva y la aserción o asertividad. Cotidianamente intercalamos estos modos, siendo frecuente que tendamos a unos más que a otros. Lo más común es que evitemos la agresión debido al conflicto que ésta genera. Normalmente para evitar el conflicto, tendemos a callarnos lo que pensamos hasta que llega un punto en que no podemos aguantar más y entonces pese a no pretenderlo, acabamos explotando y soltando lo que pensábamos de una forma muy agresiva.

 

 

Empatía.

Me pongo en el lugar de mi pareja, teniendo en cuenta sus dificultades, sus deseos, sus miedos, su historia de vida y su forma de ver la realidad. Además cuando me comunico con mi pareja, también intento que él se ponga en mi lugar.

 

Se puede negociar.

Los conflictos son parte de la vida de cualquier persona, por tanto en él área sentimental también van a aparecer. Es importante aprender a llegar acuerdos, ceder para que ambos ganen, no caer en la imposición ofreciendo alternativas y preguntando a nuestra pareja que propone él para buscar una solución al problema. La negociación es una habilidad que se aprende practicando.

 

Acepto a mi pareja tal y como es.

Respeto el derecho de decisión de mi pareja y soy capaz de ver cualidades positivas en él/ella y recuerdo los momentos buenos de la relación, teniendo una actitud proactiva e intento iniciar situaciones que conlleven a más momentos positivos.

 

Tenemos proyectos juntos

Las parejas que tienen proyectos en común tienen más posibilidades de permanecer unidas.

 

Tengo expectativas realistas en cuanto a la relación

Es importante saber reajustar nuestras expectativas conforme vamos avanzando en la relación. Al igual que las personas somos seres en constante cambio, las relaciones también tienen cambios y pasan por distintas fases en las que habrá momentos de alegría y de desilusión.

 

Tiempo de calidad

Esto significa tener atención plena al momento que comparto en pareja. Conversar sobre cómo nos ha ido el día, preguntar a nuestra pareja cómo se siente, hacer alguna actividad juntos, olvidarnos de la tecnología (televisión, móvil, tablet…)

 

psicoterapia de pareja

 

No confundimos el derecho con la obligación

Por ejemplo: A mí me puede apetecer mucho que mi pareja venga al trabajo a buscarme, pero entiendo que no es una obligación y que el otro tiene derecho a decidir libremente.El que no venga no significa que no me quiera tanto como yo pensaba.

 

Atracción sexual

El nivel de intensidad y pasión del principio de la relación puede disminuir con el curso del tiempo, pero si cuidamos este terreno y reavivamos las relaciones, serán una fuente de placer importante en la relación y generará bienestar a los miembros de la pareja.

 

Compartimos valores y los respetamos

Cada persona va a vivir una relación de pareja en base a unos valores que considera importantes. Es muy beneficioso compartir con nuestra pareja cuáles son esos valores y puntos importantes, y fomentar un compromiso para que se respeten y se lleven a cabo conductas en la línea de ellos. Por ejemplo: fidelidad, respeto, contacto con la familia de ambos, reparto de tareas domesticas, derecho a la intimidad…

 

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