Se acaba el año y eso merece una ceremonia para darle más valor. Las uvas, las cenas, y por supuesto las fiestas de fin de año son parte del ritual festivo para acabar el año. La mayoría de las personas lo viven con gusto y diversión. Para los adolescentes es un momento en el que arañan horas al reloj para poder salir hasta tarde. Muchas veces más que el resto del año. En las fiestas de nochevieja se suele organizar fiestas en casas de amigos y en locales que se cierran para un grupo de personas, muy a menudo con barra libre durante toda la noche.

Más allá de los excesos que cada uno quiera cometer, y sus efectos secundarios correspondientes, la nochevieja tiene una particularidad, la gente crea expectativas elevadas sobre lo bien que ha de pasárselo y de lo tarde que se ha de acostar.

En España parece que tomarnos los churros por la mañana es casi una obligación, por supuesto sin haber dormido antes. Creo que es una opción divertida, pero que a veces causa malestar cuando uno percibe que no es tan divertido como esperaba, ha de mostrarse animado, y encima no debe estar cansado. El que no aguanta toda la noche se le tacha de aburrido. Tanta presión puede hacer que no sea tan agradable como se había creído. Todo esto configura lo que podemos llamar el síndrome de nochevieja. Por supuesto todo lo dicho puede extenderse a todas las celebraciones navideñas…

 

síndrome de nochevieja

 

Cómo combatir el síndrome de nochevieja

Lo primero es ajustar expectativas: ¿Tengo que aguantar de verdad hasta los churros? ¿Puedo permitirme estar aburrido en algún momento de la noche? ¿Si me aburro algún rato estoy malgastando la noche?

A veces elegimos un plan, y no siempre acaba siendo el que más nos divierte. Está bien disfrutar de las cosas pero cuidado con convertirlas en una obligación. Uno sale para pasárselo bien, no es una imposición de las que si no se cumplen, nuestra vida se vuelve catastrófica.

No siempre mayor intensidad es igual a mayor placer. A veces excederse en el uso de alcohol o drogas producirá el efecto contrario.

Salir a una fiesta está genial, pero no es necesario estar en la misma todo el tiempo. Además también podemos organizarnos en una casa y hacer diferentes cosas: juegos, música, cantar… hasta que queramos. ¡No es necesario que amanezca! Es solo una opción.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Tratamiento digital del ataque de pánico

Dispones de un BOTÓN DEL PÁNICO para hacer frente a una crisis de ansiedad.

Recibe ayuda gratuita para tratar las crisis de ansiedad y evitar que se produzcan

Inicia la herramienta