La envidia es un sentimiento que nace cuando se desea algo de otro que no se tiene. Hablamos de envidia “sana” o de envidia “de la mala”, cuando queremos remarcar que además de desear lo que otro tiene nos alegramos o no de que el otro tenga.

Anhelar cosas forma parte de la cotidianidad de cualquier persona, de hecho los anuncios que vemos en televisión pretenden despertar en nosotros la necesidad y el deseo de tener algo. Nuestra tendencia es a observar objetos, a analizar la manera de vestir, las formas de moverse de un amigo, y a menudo podemos imitar lo que nos pueda gustar.

 

Es raro que la envidia sea la razón para hacer daño

Cuando se producen conflictos con otras personas, especialmente cuando sentimos que nos hacen daño y no encontramos la razón por la que esto ha ocurrido, es fácil explicarlo por medio de la envidia: “Lo que pasa es que a tu vecino le molesta que pongas música porque te tiene envidia”, “te han denunciado por hacer reformas, porque te tienen envidia”, o “lo que le pasa a tu amiga es que tiene envidia de que tengas novio y ella no. Por eso se enfada contigo”… La verdad es que explicar así las cosas suele ser verdad a medias.

Es posible que un vecino, una amiga, o un compañero envidie algo que uno tenga, pero de allí a que esa sea la razón por la que se enfadó, denunció… Quizás sea algo excesivo. No es frecuente que esta sea la razón de un conflicto. Normalmente suele ser más lógico que sea porque el otro cree que hay una injusticia, un abuso, un exceso que ha de ser reprendido o castigado. Vamos, que lo de la envidia “de la mala” existe pero no es tan frecuente como se suele pensar.

 

Una reflexión importante

Creer que la envidia fue la razón por la que nos hicieron daño nos coloca en ser víctimas de algo injusto. Devalúa al envidioso y por añadidura nos permite poner distancia emocional para que nos afecte menos esa situación.  Decir “lo que pasa es que te tiene envidia” es una protección, pocas veces es una descripción realista de lo que está ocurriendo.

 

envidia

 

En ocasiones se utiliza la envidia como sinónimo de celos. Si otro tiene celos es que no sabe gestionar sus necesidades. Le ha gustado tanto algo que uno tiene, que al final el deseo le ha traicionado. Dicho de otra forma, de nuevo devaluamos al otro y además sentimos que lo nuestro es muy deseable y valioso. Hay que tener cuidado con estas interpretaciones. Nos pueden generar rabia o enfados que luego sean difíciles de gestionar, centrándonos en lo que otros hacen mal y lo injusto que es, sin poder buscar argumentos que a nosotros realmente nos puedan calmar. Desde el punto de vista de la psicología la envidia es interesante como expresión de un deseo, pero también como forma de defensa ante los conflictos que se desatan con otras personas.

 

Decir: “te tiene envidia”, relaja

La próxima vez que piense “Lo que pasa es que te/me tiene envidia…”, no lo dé por supuesto. Puede que sea cierto pero quizás haya otras explicaciones para entender la reacción del otro que sean más realistas. Casi siempre la palabra envidia tiene un matiz peyorativo se dice para descalificar o devaluar.

 

 

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