Aquel que teme estar enfermo, y no puede calmarse con argumentos fácilmente se le puede llamar hipocondríaco. A lo largo de la vida la salud y la enfermedad se alternan. Dependiendo de las circunstancias ambientales y de la genética heredada, la propensión a tener enfermedades varía significativamente entre unas personas y otras.
Poder estar enfermo tiende a preocupar a todo el mundo, en especial si hablamos de enfermedades potencialmente graves. Para algunas personas el que exista la posibilidad de padecer una, y que pueda ser grave, se convierte en una amenaza constante. Produce un nivel de malestar emocional muy elevado. En ocasiones llega a ser absolutamente invasivo y dificulta las relaciones sociales, las de pareja, el rendimiento laboral, etc.
Grados de bloqueo del hipocondríaco
Dentro de los diferentes grados de bloqueo muchas personas buscan información sobre síntomas que padecen en internet, enciclopedias, familiares, psicólogos, médicos, y propiamente los médicos de seguros privados o públicos. Cuanto más miedo a estar enfermo tenga la persona, más compulsivamente buscará la información que descarte su temor. Buscará datos que hagan coincidir sus síntomas con los de enfermedades leves queriendo tranquilizarse y olvidar la razón de su angustia. El problema suele acrecentarse cuando ningún texto o persona descarta tajantemente el temor hacia padecer un determinado mal.
A la habitual dificultad para cualquier persona para descartar y acotar síntomas propios, se le unen las emociones de temor y angustia. Para un hipocondríaco, la búsqueda de calma en un estado como este es casi imposible. Normalmente aparecerá algún fleco que no aparte definitivamente la posibilidad temida y de nuevo comenzará la búsqueda. Lo normal es que siendo así el malestar aumente y el bloqueo también.
El miedo obsesivo
La etiqueta diagnóstica más habitualmente utilizada por un psicologo clinico, para el Miedo a estar enfermo es la de hipocondría. Podemos hablar de rasgos o de trastorno, siempre en función de la gravedad y bloqueo para la persona. El manual DSM IV, define este trastorno en función de dos ideas fundamentales. La primera: “Preocupación y miedo a tener, o la convicción de padecer, una enfermedad grave a partir de la interpretación personal de síntomas somáticos”. La segunda: “La preocupación persiste a pesar de las exploraciones y explicaciones médicas apropiadas”.
La dificultad para poder aceptar la posibilidad de padecer una enfermedad lleva a menudo al hipocondríaco a someterse a duras pruebas diagnósticas que si no dan por zanjado el diagnóstico. Tiempo más tarde pueden volver a aparecer fuertes deseos de alcanzar la tranquilidad repitiendo el proceso: «por si algo no lo hice bien», o buscando algún otro dato por medio de pruebas nuevas que no se habían realizado antes.
Así pues, una persona que padezca este trastorno podemos decir que tiene una propensión genética a padecerlo, pero que en cualquier caso es la manera de querer alcanzar la tranquilidad: buscando obsesivamente la certeza, la que agravará realmente la sintomatología ansiosa y el malestar subjetivo de la persona. Un abordaje terapéutico centra especialmente su esfuerzo en ayudar a la persona a no dejarse llevar por la búsqueda de seguridad y ayuda a convivir mejor con los temores y preocupaciones.
Fernando Azor es director de azor & asociados.
Fernando lleva años explicando sin tecnicismos las ideas y conceptos que fundamentan la psicología actual. Hace que que la psicología sea fácil y accesible. Ofrece tareas, consejos y conocimientos de psicología que puede usarse para resolver problemas de la vida diaria. El propio Colegio oficial de psicólogos de Madrid, le otorgó un reconocimiento por su labor divulgativa de la psicología clínica en diferentes medios de comunicación. Puedes ver muchos videos divulgativos en el perfil de TikTok
Desde hace meses sufro presión torácica, falta de aire continua y dolor en el pecho. Me han hecho muchísimas pruebas de distintas especialidades. Buscando y buscando, en un TAC me descubrieron un nodulito pulmonar que ahora debe revisarse cada 6 meses, mi aprensión y mi miedo a que sea cancerígeno es brutal.
El dolor y la falta de aire dicen los médicos que no proviene de ahí… Yo estoy obsesionada con la hipertensión pulmonar y no me la saco de la cabeza.
Pienso que los síntomas que tengo coinciden con los que hay en esa enfermedad tan grave y dura pero me han mirado ya el corazón y dicen que está bien, solo queda hacer un cateterismo y no sería conveniente ya que es invasivo. Tengo un bebé de 8 meses y no estoy ni disfrutandolo. Me siento fatal, ya no estoy feliz a causa de este malestar, de mi falta de aire diaria. Me dicen que es ansiedad por el miedo a ese nódulo y por pensar que tengo además hipertensión pulmonar y no lo sabré a menos que me someta a esa dura prueba y no, no quiero.
Hola Mimi, cuando el miedo se adueña de uno es muy complicado dejar de buscar pruebas de que todo está bien. Lo malo es que descartar completamente el temor suele ser tarea imposible.
Aparentemente lo que me describes es un malestar que ya ha alcanzado el grado de miedo obsesivo. Te recomiendo que empiecen una psicoterapia. No lo dejes estar. El bloqueo es elevado y es vital encontrar el modo de frenar tus búsquedas compulsivas de certeza. Echa un vistazo al artículo sobre el DACT