Estas son algunas preguntas que respondió Fernando Azor en una de nuestras sesiones clínicas en azor & asociados sobre el trastorno delirante.
¿Qué particularidad tiene el trastorno delirante?
El trastorno delirante, tiene como característica principal que la persona interpreta y cree que situaciones o hechos concretos (frases que oye, noticias que lee, gestos de otras personas…), tienen algún tipo de relación con él mismo. Casi siempre aparece la sensación de amenaza de fondo, y por tanto tiende a potenciar que la persona se defienda y se mantenga muy alerta para evitar posibles consecuencias negativas relacionadas con lo que ha interpretado.
Las ideas delirantes más frecuentes son: pensar que te están espiando, que pueden estar leyendo los pensamientos, que haya algún tipo de conspiración para producir un daño, creer que se tiene el conocimiento de todas las cosas y que nadie se está percatando de que existe algún tipo de complot.
Pocas veces el trastorno delirante va unido a alucinaciones.
¿Cómo crees que son percibidas por su entorno las personas que lo padecen?
Si están asintomáticas son personas que se relacionan normalmente con su entorno y no suelen destacar en exceso rasgos que provoquen miedos o rechazo. En los momentos en los que se producen los brotes (es el modo en el que puede expresarse este trastorno), es más evidente y observable desde fuera, aun así es frecuente que solo se perciba algo extraño cuando se habla con la persona de los temas relacionados con los delirios.
La personalidad de los enfermos, se puede asociar con frecuencia a la excentricidad. Comportamientos peculiares que no acaban de ser muy llamativos pero que no son frecuentes dentro de la población general: formas de combinar la ropa, hábitos diferentes en los horarios, los tipos de aficiones…
Recomendaciones a la hora de pedir ayuda
Los pacientes que tienen trastorno delirante, muy a menudo, evitan acudir al médico. Según el estado en el que se encuentre el paciente, el rechazo a un tratamiento es mayor o menor. Puede ocurrir que la persona dude de la veracidad de sus propias ideas y que no se capaz de creer completamente en lo que está diciendo. Aún así el factor que suele determinar la aceptación de la ayuda suele ser el nivel de angustia que siente ante los pensamientos delirantes.
Algunos consejos para los familiares podrían ser:
- Escoja un buen momento y un lugar adecuado para proponer la opción de visitar a un psicólogo o psiquiatra. Evite hablar durante las reuniones familiares o cuando exista algún conflicto abierto.
- Sea empático. Pregunte sobre sus sentimientos, escuche activamente (pida aclaraciones y repita con sus palabras lo que le está contando), hable de experiencias que usted también ha vivido y que tengan similitud con las que le están contando.
- Aproveche los momentos en los que la persona se sienta mal para hablar sobre una posible psicoterapia. Puede que le resulte más fácil ver la necesidad de ayuda.
- Deje que el otro pueda sentirse molesto y esté a la defensiva cuando se lo propone, no busque cambios rápidos.
- No presuponga o interprete causas o razones que no esté manifestando la otra persona. Hable de su percepción. No ponga en boca del otro frases u opiniones.
- Pida que le dé una oportunidad a un psiquiatra o a un psicólogo, siquiera para una primera cita.
- Explique la diferencia entre psicólogo y psiquiatra.
- Facilite el proceso de búsqueda de un psicólogo o psiquiatra y concierte una cita. Si finalmente decide no ir, consulte usted al profesional de todos modos.
- Ofrézcase a pagar o subvencionar el tratamiento. Una excusa frecuente es que la terapia es demasiado cara.
- Ofrézcase a acompañarle a la primera consulta.
¿Qué tipo de tratamiento es el más adecuado?
El tratamiento más indicado para el trastorno delirante es combinado. Suele ser necesario el uso de medicamentos para poder paliar los síntomas: tanto en el caso de que aparezcan de manera paulatina interpretaciones y comportamientos extraños, como cuando se manifiesta en forma de brote, los fármacos ayudan a parar la evolución del trastorno. La intervención psicoterapéutica normalmente se plantea en un momento posterior, cuando el paciente se encuentra más receptivo y motivado para cambiar actitudes y aprender nuevas estrategias para reducir fuentes de estrés que potencien nuevos episodios, y para ayudar al paciente a identificar las ideas y sensaciones que se asocian a la posibilidad de una nueva recaída.
Del mismo modo es necesario trabajar con la familia para orientarles sobre la manera de proceder en este tipo de casos.
¿Cuál es el papel que debe desempeñar la familia ante un caso de este tipo?
Los familiares, a menudo se sienten perdidos e incapaces de gestionar la situación, especialmente cuando se producen los primeros síntomas del trastorno delirante.
Es necesario que conozcan en qué consiste y que aprendan a detectar y favorecer el tratamiento antes de que se agraven los síntomas.
Cuanto mejor conocen la evolución y las características del trastorno delirante, se ven menos atrapados por la impotencia. No buscan que la argumentación, el convencer al familiar sea el camino para que las interpretaciones delirantes desaparezcan. Comprenden que el origen es multicausal, pero entienden que hasta que no se equilibre nuevamente la química de su organismo, es difícil llegar a producir un cambio duradero y eficaz en la persona.
6. Recomiéndanos alguna herramienta o publicación para los afectados
Tanto la FEAFES como la Asociación Madrileña de Salud Mental disponen de bastantes recursos en este sentido.
D. Fernando Azor Lafarga, director de Azor & Asociados, PsicologodeCabecera.com y PsicologoAeronautico.com, cuenta con más de 20 años de experiencia. Licenciado en Psicología Clínica, con múltiples especializaciones y participación en medios, ofrece psicoterapia y asesoría pericial. ¡Descubre más sobre su trayectoria y expertise!»