La existencia de una persona puede estar jalonada de diversos problemas. Muchas veces, por suerte, el tiempo lo cura todo, como se suele decir y la vida sale adelante. Pero en otras ocasiones las personas se enquistan en un episodio, en un estado de ánimo o en un trastorno y esto hace que la vida se convierta en algo lleno de frustración y sufrimiento. Nos referimos a la desesperación, a la que en este artículo vamos a referirnos con un nombre más técnico: Síndrome de Indefensión Aprendida.

 

Origen del concepto de indefensión aprendida

El Síndrome de Indefensión Aprendida es una explicación psicológica más correcta de esa sensación de frustración y desesperanza constantes. El síndrome de indefensión aprendida fue descrito en los años 60 por los psicologos Bruce Overmier y Martin Seligman. Estos científicos realizaron una serie de experimentos con ratones encerrados en jaulas. Gracias a estos experimentos llegaron a una serie de conclusiones que aplicaron a la conducta humana. Aunque esta sea mucho más compleja que la de un ratón, el paralelismo establecido tenía mucho sentido.

Pasemos a explicarlo: a estos ratones encerrados en jaulas se les aplicaba una descarga eléctrica intentasen lo que intentasen. El resultado de este experimento (un tanto cruel con los ratones, para qué negarlo)  fue que, desde ese momento, los animales fueron totalmente incapaces de iniciar nuevas conductas o de aprender conductas nuevas. Los ratones no veían ninguna vía de escape a su situación porque habían aprendido que cualquier acción se seguía de un efecto negativo para ellos. A causa de esto, los investigadores descubrieron que dejaban de intentar nada y simplemente se dejaban morir.

 

indefensión aprendida

 

Indefensión y malestar

Entre los humanos, el Síndrome de Indefensión Aprendida acaba generando en las personas frustracióndesesperaciónansiedad y un desánimo general que muchas veces desemboca en depresion y/o depresion mayor. Vamos a poner un ejemplo que, por desgracia, está de rigurosa actualidad: el desempleo.  En el caso de las personas que están en desempleo y que consideran que intenten lo que intenten (buscar un nuevo trabajo, solicitar entrevistas, etc.) reciben una respuesta negativa, dolorosa y frustrante, esto acaba degenerando en el Síndrome de Indefensión Aprendida y en una depresion que muchas veces no se limita a la época de desempleo y se convierte en depresion mayor. Cada entrevista no superada, cada currículum echado para el que han sido ignorados, cada desplante de un entrevistador puede ir alimentando la desesperanza y, por tanto, abonar el camino para esta depresion.

Hemos puesto el ejemplo del desempleo pero hay muchos más. Para solucionar esto, es necesario cambiar la percepción que se tiene de uno mismo, del mundo y de la existencia. Se necesita una reestructuracion cognitiva que puede lograrse a través de la terapia cognitivo conductual. Un buen psicologo que trabaje con la terapia cognitivo conductual puede ayudarnos a cambiar efectivamente esta percepción y hacernos ver que, al contrario de los ratones, el ser humano está capacitado para encontrar salidas y que abandonarse y dejarse morir es la peor opción. Si sentimos esta sensación constante de desesperación, no deberíamos dudar en ponernos en contacto con un buen psicologo clinico o en la que sea nuestra ciudad para ponernos a salvo de aquello que tanto daño hace a los ratones pero de lo que los seres humanos pueden defenderse.

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