Un jefe cuando recibe el nombramiento, ha de enfrentarse con frecuencia a ciertos problemas y miedos

Lo fundamental al principio, es saber si se trata de una promoción interna o externa. Ese escenario, cambia el tiempo de adaptación al nuevo puesto. Es decir, si el puesto es nuevo, pero la promoción es interna, la información que se tiene del puesto es mucho más amplia (se conocen los procedimientos, la cultura tanto formal como informal, personal, estructura, estilo de liderazgo, visión, misión, valores, normas, y un largo etc.) mientras que si la promoción es externa, la empresa es nueva,  y todo este conocimiento, no se tiene. Por lo tanto, el tiempo de adaptación indudablemente aumenta.

Pueden ser de muchos tipos. El principal, donde el mayor enemigo es uno mismo, es la falta de preparación, ya que, si la situación es de mucha tensión, lo primero que hace, en este caso el recién ascendido, es “ponerse a la defensiva”. Primero hay que superar el miedo al nuevo puesto, y saber manejar ese tipo de situación. La experiencia de haber vivido situaciones parecidas facilita mucho la tensión interior. No debemos que olvidar, que la empresa es un entorno compartido por más personas, y éstas, a veces no aceptan los cambios de personal. Por lo tanto, el tener controlada la situación es clave para poder controlar el entorno.La autoestimaes fundamental en estos casos.

 

Cuáles son los principales errores de un jefe

1.- La forma de ser o personalidad del profesional, se puede convertir en un serio problema. Hay que hacerse valer, sin imponer los criterios. La actitud arrolladora, para hacerse valer, debe de controlarse, y aprender los pasos establecidos que da la empresa.

2.- Querer impresionar, como es lógico, todo puesto nuevo, lleva implícito el sello de “tienes que demostrar la valía”. En este sentido, hay que “brillar pasando desapercibido”, sobre todo al principio. Hay que dar resultados, pero éstos, no se pueden conseguir de cualquier manera. Una vez que el puesto está consolidado, se puede actuar de una forma más natural.

3.- La urgencia, hacer las cosas rápido y sin pensar, puede ser otro de los errores.

4.- La parálisis, un exceso de análisis tampoco es bueno, ya que los resultados no se hacen esperar.

Para superar estos errores, hay que tener en cuenta que lo mejor es la planificación. Ésta consiste, por un lado, en un pequeño estudio del puesto en sí. En definitiva, las tareas propias del puesto. Con un pequeño estudio y la práctica continua, se consigue una mejoría importante sobre las tareas propias del puesto. Al principio, es conveniente ir más despacio, haciendo aquellas tareas que resultan más sencillas, para poco a poco, empezar con las más complicadas.

No hay que olvidar nunca, que es un proceso de aprendizaje. El otro aspecto de la planificación es, cómo de capacitado me veo. Se trata de ser honesto con uno mismo. Para lo cual, es importante ver qué tareas, son las que me resultan más fáciles de hacer, por los conocimientos, habilidades y experiencia que tengo. Con esta planificación, se consigue hacer “la ruta de actuación” más precisa. Lo que conlleva a un posicionamiento de la persona al puesto, de una forma más precisa. Además, esta forma de actuación, hace que los nervios propios de una situación novedosa, tiendan a desaparecer.

 

ser un buen jefe

 

Qué pasos debe seguir

1. Analizar la situación de su organigrama: Cargos superiores, compañeros y colaboradores. Entender y valorar a éstos, para saber en qué terreno se está moviendo. El conocimiento de quien es quien en la organización es fundamental.

2.  Crear confianza lo antes posible. El tener personas que te ayuden es básico. Para ello es imprescindible comunicarse: “lo que no se dice, no se sabe”.

3. Actuar poco a poco. Empezar por las tareas sencillas hasta realizar las más complejas.

4. Tener un feedback continuo, de aquellas personas que pueden confirmar que el trabajo desempeñado es bueno (desde amigos, familiares o personas que te inspiren confianza)

Suelen recibir asesoramiento de su superior o éste confía en su buen hacer y no le da pautas de actuación.

El trato que se tenga con el jefe, es determinante. Si el jefe genera confianza, es decir, si las expectativas del jefe en el colaborador son buenas, la posibilidad de que el desempeño sea bueno aumentan significativamente. Mientras que si las expectativas son bajas, el desempeño será menor por parte del recién incorporado. “Llevarse bien con el jefe” se debe convertir en algo cotidiano.

Si el jefe, no marca los procedimientos o pautas de actuación, será más difícil que los resultados sean buenos. Es el llamado estilo Laissez faire. Es muy importante para personas recién incorporadas a un puesto superior, que el jefe, marque bien las pautas desde el primer momento. De hecho, es lo que el colaborador espera de su jefe, que le guíe en su nueva etapa. Si lo que se hace es no marcar las pautas y confiar, cuando el colaborador no está maduro  desde el punto de vista profesional, entonces, no le estará ayudando, sino todo lo contrario.

 

Cómo debes presentarte y actuar ante tu equipo.

Es recomendable que organice pequeñas reuniones con cada uno de ellos para conocerlos, saber qué labores desempeña cada uno y escuchar sus demandas…

Hay dos categorías de presentarse el jefe ante su equipo:

  • Formal e informal.
  • Grupal e individual.

 

Lo común, es presentarse a todo el equipo formalmente, en una reunión donde estén todos los integrantes del equipo. Sin embargo, este planteamiento puede variar según una serie de circunstancias.

Cuando se es experto en manejo de equipos, independientemente de lo novedoso del puesto. Lo primero que se mira es ver el clima laboral o ambiente de trabajo. A partir de ese momento, se analizan los siguientes pasos. Si el ambiente de trabajo es malo, muchos jefes optan por realizar reuniones informales e individuales, dando cercanía y proyectando ese apoyo al colaborador. Mientras que si el ambiente es bueno, se suele optar por reuniones formales grupales.

Para estos casos, lo mejor es hacer un análisis de la situación y ver cuál es la mejor manera de afrontar dicha situación. Cada fórmula requiere una situación específica.

 

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