El miedo irracional es una manera de describir los miedos que no podemos controlar. Cuando alcanzan este grado solemos hablar de fobias. La persona es consciente de la magnificación de un miedo, percibe que el bloqueo es excesivo pero ni puede dejar de sentirse mal. Normalmente un miedo irracional afecta a la vida cotidiana impidiendo realizar determinadas tareas que otras personas pueden hacer con normalidad (volar en avión, ir a centros comerciales…)

 

Tipos de miedos

Hay diferentes tipos de fobias: miedo irracional a las alturas, o acrofobia, miedo a lugares públicos y sitios en donde la salida está dificultada, se denomina agorafobia, cuando es a lugares específicamente  cerrados, hablamos de claustrofobia. El bloqueo ante situaciones sociales cotidianas, se denomina fobia social. Otras fobias comunes incluyen miedo a túneles, la conducción en carretera, agua, volar, los animales, a atragantarse, a dañar a alguien, a perder el control sobre uno mismo, la sangre….

Los miedos irracionales, las fobias, afectan aproximadamente al 28% de las personas. Las mujeres tienden a desarrollar mas frecuentemente estos problemas que los hombres.

Las personas con fobias intentan evitar lo que temen. Esta huida puede precipitar sentimientos físicos de ansiedad como la dificultad para respirar, palpitaciones, temblores y un fuerte deseo de alejarse de la fuente del miedo.

Las personas con una fobia pueden ser hasta dos veces más propensas a sufrir una adicción al alcohol que los que nunca han desarrollado un miedo irracional.

 

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Causas del miedo irracional.

Las fobias parecen estar favorecidas por nuestro entorno sociocultural: la educación, los amigos, los eventos vitales estresantes, el estrés postraumático… En cualquier caso parece estar demostrado que la predisposición genética es un factor especialmente relevante a la hora de desarrollar un miedo irracional. Hay personas más tendentes que otras a padecer fobias.

Los niños cuyos padres, son demasiado protectores o especialmente distantes a lo largo del proceso educativo, tienen mayor riesgo de desarrollar fobias. Sin tratamiento, la fobia puede empeorar y afectar la calidad de vida de la persona que la padece.

 

 

Tratamiento del miedo y las fobias

Nuestras sociedades viven impregnadas de miedo, más aún en un contexto de crisis económica como el actual, donde la gente teme  perder su trabajo si lo tiene, a no encontrarlo si está en el paro, a no poder pagar la hipoteca, etc. El ser humano tiene que aceptar que hay algo con lo que ha convivido siempre y tendrá que convivir: el miedo. Es una emoción atávica que permitió sobrevivir a nuestros ancestros de las cavernas.

El miedo es muy útil para generar una respuesta que permita salir de una situación de peligro y ponerse a salvo. El problema es cuando este miedo no tiene correspondencia con la realidad y lleva a la persona a experimentar estrésansiedad y, en el extremo, ataques de pánico. Aún así, el problema mayor no es experimentar estres o ansiedad, sino en no responder de forma adecuada a estas crisis. Es decir, hay gente que cuando siente los síntomas de la ansiedad no los tolera y trata de reprimirlos fuertemente, con lo que estos aumentan en lugar de remitir.

 

miedo irracional

 

Un tratamiento del miedo nos enseñará cuáles son los síntomas del miedo: respiramos más rápido para aportar más oxígeno a los músculos, con lo que muchas veces podemos hiperventilar. Esto nos puede llevar a sentir un pequeño mareo. Si no toleramos este, nuestra ansiedad inicial se incrementará. Si continuamos forzando, es posible que se produzca un ataque de pánico, algo sin duda muy desagradable: nuestras extremidades se duermen, el mareo se acentúa y nuestra mente se desboca pensando que ha llegado la hora de nuestra muerte.

 

Terapia cognitivo-conductual para las fobias

El tratamiento del miedo con un buen psicologo que trabaje con la terapia cognitivo conductual nos ayudará a aceptar ese mareo inicial y a controlar nuestra respiración. Se trata de exponerse a esas sensaciones corporales y de comprender que, aunque son desagradables, nadie muere por ello. De este modo, estas sensaciones no se agrandarán y se convertirán en algo como ataques de pánico, que aparte de ser sumamente desagradables perjudican seriamente nuestra calidad de vida. No debemos sentirnos inferiores ni débiles por sentir miedo ni ansiedad sino que debemos aceptarlo y tratar de comprenderlo para poder dominarlo.

Es posible que el psicologo que realice un tratamiento del miedo en nosotros con la terapia cognitivo conductual nos exponga gradualmente y de modo controlado a aquellos estímulos que precisamente nos hacen sentir miedo y ansiedad. Puede hacerlo en el acto, mandándonos ejercicios subidos a un ascensor (si ese es nuestro miedo), por ejemplo, o mediante técnicas de inundación en las que se nos pone mentalmente en la situación que tanto nos agobia. El psicologo no permitirá ninguna distracción ni evasiva. Se trata de que nos expongamos a aquello que tememos y que veamos que la ansiedad es algo que no puede acabar en nosotros y que puede controlarse.

 

 

 

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